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El auge de los 'remake'

TVE emite una versión en telefilme de 'Vacaciones en Roma'

Podría habérsela conocido como La princesa y el reportero, pero su título, Vacaciones en Roma, hizo más justicia a la encantadora película que en 1953 realizó William Wyler. Audrey Hepburn y Gregory Peck interpretaron aquel delicado romance entre una princesa que se aburre en palacio y se enamora de un reportero que desconoce su verdadera identidad. Ian McLellan Hunter, el autor de la historia, y Hepburn ganaron sendos oscars por aquella película. Ahora, Estrenos TV emite su versión en telefilme, con Catherine Oxenberg (una de las intérpretes de Dinastía) y Tom Conti.

Vacaciones en Roma se suma al nutrido grupo de nuevas versiones de clásicos del cine o simplemente de filmes (los hay también de viejas series) que se hicieron muy populares. La tendencia, probablemente porque las horas de programación crecen en una proporción más veloz que el talento para desarrollar ideas nuevas, se ha acentuado en estos últimos años. La práctica del remake no es nueva: la novedad está en la frecuencia con que se hace ahora y la incorporación del estrellato televisivo -para las nuevas generaciones que se han criado con la televisión a las viejas historias del cine en forma de telefilmes o convertidas directamente en series.Recientemente se estrenaba, con Elizabeth Taylor y Mark Harmon en los papeles protagonistas, la revisión para televisión de Dulce pájaro de juventud, sobre la obra de Tennessee Williams, que interpretaron en 1962, dirigidos por Richard Brooks, Paul Newman y Geraldine Page.

Sofia Loren volvió a hacer La Ciociara, y se han producido remakes desde títulos como Plaza suite, el éxito de Neil Simon en Broadway en 1968, que fue película en 1971, con Walter Matthau, hasta La diligencia, el incunable de John Ford que devino en libérrima versión televisiva (TVE emitió estos dos últimos). En algún caso, como el de La ventana indiscreta -el memorable filme de Alfred Hitchcock, con James Stewart y Grace Kelly- con complicaciones por los derechos de autor que llevaron a un proceso a la NCA Inc., que proyectaba su remake.

Otros reciclajes televisivos -Baby boom, Dirty dancing- se han producido sin ningún problema, casi como si el largometraje de la pantalla gran de hubiera funcionado a modo de filme piloto para introducir la serie: ya hay sin duda, como más de un crítico observa, cine televisivo (lo que ya no está tan claro son los presupuestos maniqueos, simplones, con los que indefectiblemente se le caracteriza).

Cada vez más frecuentemente también, a un éxito de taquilla le sigue su versión seriada para televisión. Casos los hay a montones, pero baste citar Working girls, que por encargo de la cadena norteamericana NBC tenía que convertir en comedia de situación Tom Patchett, el creador de Alf, con Sandra Bullock -"nuestra chica es más honesta y menos manipuladora", declaraba no hace mucho Patchett- en el papel de la ambiciosa secretaria de Wall Street. También estaba proyectada la versión televisiva de Bagdad Cafe, una de las comedias más aclamadas de 1988, rebautizada con el título Bagdad gas & oil e interpretada por Whoopi Goldberg y Jean Stapleton.

Todo ello, y la circulación en doble sentido de estos últimos años -antes era prácticamente imposible que un actor nacido bajo el signo de la televisión fuera aceptado seriamente por el cine; ahora todo el mundo conoce las películas de Bruce Willis, de Ted Damson, de Billy Cristal-, nos indica, sin lugar a dudas, las estrechas relaciones de comercio que se están estableciendo entre el poderoso medio televisivo y su exquisito cautivo: el cine.

Vacaciones en Roma se emite por TVE-2 a las 23.30.

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