Jiang Zemin defiende la ortodoxia marxista en China
La firmeza ideológica y la fidelidad al marxismo por parte, sobre todo, de los principales dirigentes es de primordial importancia para la supervivencia del Partido Comunista Chino (PCCh) y del Estado. El liderazgo de ambos ha de estar en manos de leales al marxismo, porque ello está directamente relacionado con "el crecimiento o la caída del partido y del país", aseguraba ayer en un editorial el Diario del Pueblo, órgano de difusión del PCCh, que citaba palabras de su secretario general, Jiang Zemin.A pesar de que desde el aplastamiento del movimiento estudiantil en favor de la democracia, en el mes de junio pasado, las autoridades chinas iniciaron una campaña de reeducación ideológica y de endurecimiento de la ortodoxia marxista-leninista, los recientes acontecimientos ocurridos en Europa del Este han puesto en evidencia una mayor preocupación del liderazgo chino que ve en ellos la consecuencia de la debilidad y falta de firmeza de los partidos comunistas y de sus propios dirigentes.
La necesidad de formar cuadros de todos los niveles fieles al marxismo-leninismo y al pensamiento de Mao Zedong, así como la de destituir y expulsar del PCCh a quien "cambie su rumbo según sople el viento" se ha convertido en una obsesión. Según el editorial, los disturbios de la pasada primavera, que desembocaron en una "rebelión contrarrevolucionaria", provinieron "de causas internas en la organización dirigente".
La estabilidad de China dependerá, decía el diario, de la organización que dirija el Partido que, "si es fuerte políticamente y fiel al marxismo, podrá superar cualquier dificultad".
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