La conveniencia de un homenaje a Gorbachov
No parece que este hombre calculase el largo y rápido alcance de su actitud, pero es indudable el mérito de su decidido talante liberalizador, así como su habilidad, esfuerzos y riesgos para aplicarlo.Y aunque también está claro que la madurez de los europeos, los avances tecnológicos (sobre todo en las comunicaciones) que ya hacen imposibles esas extremas situaciones de opresión, y que otros hombres inolvidables (Einstein, Juan XXIII, Adenauer, Pablo VI) prepararon y participaron destacadamente en tan complejo proceso, Gorbachov nos ha venido sorprendiendo a todos con sus valientes decisiones desde mucho antes que empezáramos a darnos cuenta del cambio que se gestaba.
Sería miserable no agradecérselo abiertamente y reconocer la suerte que hemos tenido con su aparición en momentos tan críticos.
La esperanza de un mayor equilibrio en nuestra civilización no tiene precedentes, pero también el peligro es de mayor magnitud, precisamente porque nos apostamos más que nunca.
Los que creemos estar conscientes de lo que ocurre no podemos reprimir nuestra inquietud y necesidad de manifestarnos cuando también es más precisa que nunca la participación de todos.
Convendría que se reuniesen cuanto antes los organismos supranacionales más inmediatamente afectados (Pacto de Varsovia, OTAN, Comecon, CE), constituyendo consejos mixtos permanentes que garantizasen el ajuste constante de diferencias políticas, sociales, económicas, etcétera que surgiesen y el mayor respeto por las idiosincrasias y culturas de personas y pueblos.
Tendríamos luego que hacer una introspección los que nos llamamos demócratas y democracias, tratando de establecer las bases para corregir tantos defectos y obstáculos que aún impiden que por fin los humanos nos adueñemos de nuestros destinos
