Preocupación en Italia ante la vuelta al poder de miembros de la logia secreta de Gelli
Una gran parte de las fuerzas políticas de Italia, formadas por comunistas, liberales, republicanos, verdes, izquierda independiente, izquierda democristiana, y la Liga de Periodistas, han lanzado la alarma sobre la vuelta, a la actividad pública de aquellos exponentes de la P-2, la logia secreta de Licio Gelli, que habían sido retirados de suscargos durante la investigación de la P-2.La primera alarma la lanzó días atrás la misma ex presidenta de la comisión parlamentaria, la democristiana Tina Anselmi, que indagó sobre la secta de Gelli. En seguida fue recogida por el presidente del Senado, el republicano Giovanni Spadolini, segunda autoridad del Estado después del presidente, y por la presidenta del Parlamento, la comunista Nilde Jotti, viuda de Togliatti. Spadolini, que había sido quien, durante su presidencia de Gobíerno, había disuelto la P-2 y cambiado la cumbre de los servicios secretos involucrados en la operación reaccionaria y golpista de Gelli, ha afirmado que se trata de una cuestión sobre la que "la conciencia civil del país debe estar siempre vigilante y atenta".
Tanto Spadolini como lotti se han inostrado partidarios de la creación de una nueva comisión del Parlamento que analice dónde están aquellos hombres claves de la P-2 que habían sido arrinconados y que hoy vuelven a puestos de responsabilidad.
Dos casos evidentes son los del almirante Antonino Geraci, recientemente designado para un importante cargo en Nápoles en el ámbito de la OTAN, contra cuyo nombramiento se ha levantado el magistrado veneciano Carlo Mastelloni, y el del periodista y ex diputado europeo Gustavo Selva, que había sido destituido como director de la emiso,ra GR-2, de la RAI (radiotelevisión italiana), por su pertenencia a la P-2, y que ha vuelto a ser el editorialista de dicha radio.
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