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La Nochevieja en Madrid pasó con tranquilidad, excepto incidentes aislados

La Nochevieja madrileña, tradicionalmente conflictiva por los incidentes motivados por el consumo desaforado de alcohol, transcurrió este año en relativa calma, a pesar de algunos sucesos de cierta gravedad, como la detención y presuntos malos tratos infligidos a un grupo de músicos húngaros en la Puerta del Sol. Una niña fue el último bebé nacido en 1989, y otra niña, el primero de 1990. Los bomberos tomaron las uvas cuando se dirigían a apagar un incendio, y un grupo numeroso de viajeros, en su mayoría franceses, pasaron una "espantosa Nochevieja atrapados en la estación de Chamartín. En la provincia murieron tres personas en dos accidentes de tráfico.

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Dos niñas fueron el último bebé madrileño nacido en 1989 y el primero de 1990

La noche estuvo amenizada por las explosiones de los petardos, el descorchar de las botellas de champán, los cantos y los ocasionales y ya casi habituales incendios provocados en contenedores de basuras y vehículos abandonados. Por lo demás, aunque ocurrieron varios incidentes que aguaron la celebración a sus protagonistas, la noche transcurrió en una relativa calma.En cuanto a tráfico, según fuentes de la Policía Municipal, la madrugada del 1 de enero fue de las más tranquilas de los últimos años. No hubo un solo accidente grave en la ciudad, y las colisiones se redujeron a desperfectos de chapa. Un portavoz de los bomberos afirmó que, "precisamente porque en esta noche se sabe que hay mucho patoso suelto, los conductores extremaron las precauciones".

Sí hubo dos accidentes mortales, pero ambos en la provincia. En el primero, ocurrido a las nueve de la mañana de ayer, en la N-601, a la altura de la localidad de Navacerrada, dos turismos chocaron frontalmente, lo que provocó la muerte a dos personas. El segundo accidente se produjo al mediodía, en la N-604, a la altura de Canencia, y supuso la muerte para uno de los ocupantes del turismo, y heridas de gravedad para otro.

El incidente más grave, según declaraciones de testigos presenciales, ocurrió a las 4 de la madrugada, en la Puerta del Sol. En ese momento se encontraba allí un grupo de personas de nacionalidad húngara, aunque radicadas en España desde hace años, que se dedican a amenizar fiestas y a ganarse unas pesetas tocando por la calle. No se sabe muy bien porqué, pero los húngaros entablaron una discusión con un grupo de barrenderos, a los que, al parecer, estorbaban en sus tareas de limpieza.

La discusión fue cortada de raíz por la intervención de una veintena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la comisaría de Centro, que, según los testigos presenciales, cargaron "de forma desproporcionada y apalearon a los músicos ambulantes", a los que se llevaron detenidos a las dependencias policiales.

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Dentro de las dependencias de la comisaría, los detenidos españoles permanecieron en la sala de espera, mientras que los húngaros fueron encerrados en los calabozos. "Al salir, a las siete de la mañana, muchos de ellos presentaban fuertes señales de golpes en la cara".

Los húngaros se trasladaron a una casa de socorro para curarse de sus heridas y luego acudieron a los juzgados de la Plaza de Castilla, para presentar una denuncia por los presuntos malos tratos a los que fueron sometidos.

Nochevieja en Chamartín

Un numeroso grupo de viajeros, en su mayoría franceses, pasaron "una espantosa Nochevieja" atrapados en la estación de Chamartín. Los viajeros, que debían haber tomado el tren Puerta del Sol (Madrid-Paris) a las 18.10 del día 31, se encontraron con que el viaje había sido cancelado por la huelga de maquinistas de Renfe. Las protestas no recibieron respuesta por parte de Renfe, lo que origino que los frustados pasajeros se concentraran y dieran gritos de protesta. Allí pasaron toda la noche.

Mientras, la Policía Municipal desalojó, a las 3.30 de la madrugada, una discoteca situada en la calle de Pradillo, por una pelea multitudinaria que se produjo cuando unas 500 personas entraron a la fuerza a la sala, completamente abarrotada.

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