Galicia soportó vientos de 100 kilómetros por hora
El temporal en Galicia remitió ayer, después de dos días de fuertes precipitaciones y vientos huracanados. Algunas viviendas en la comarca de Santiago de Compostela continuaban anegadas, aunque las localidades más afectadas recobraron la normalidad. A pesar del cese de las lluvias, los vientos soplaban a más de 100 kilómetros por hora, sobre todo en las zonas costeras. El descenso de las precipitaciones a últimas horas de la tarde del miércoles impidió el agravamiento de la situación que temían las autoridades en las provincias de La Coruña y Pontevedra. La mejoría del tiempo permitió también controlar la situación en varios embalses que a mediodía del miércoles corrían el riesgo de desbordarse.
El Ejército distribuyó ayer alimentos entre los vecinos de Padrón (La Coruña), una villa que quedó totalmente inundada por el desbordamiento del río Sar. El alcalde de la villa, Jesús Villarnor, se ha quejado de la falta de medidas para prevenir el desbordamiento del río y en la tarde de ayer reunió al pleno del ayuntamiento para solicitar la declaración de zona catastrófica, petición a la que se sumará también la Xunta. Los daños causados por la riada en Padrón podrían superar los 5.000 millones.La mayoría de los vecinos evacuados el miércoles regresó ayer a sus hogares a excepción de los residentes en algunas zonas del ayuntamiento de Negreira, en la comarca de Santiago de Compostela, donde el nivel de las aguas del río Tambre no había bajado y continuaba anegando algunos núcleos de población.
En Pontevedra quedó cortado el servicio de traída de aguas, que también presentaba numerosas deficiencias en Santiago.
El mayor peligro se presentaba ayer en las zonas costeras, donde los vientos seguían soplando a más de 100 kilómetros por hora y las olas superaban en algunos casos los 10 metros.
Alerta en Castilla y León
Protección Civil mantenía anoche la situación de máxima alerta en varias zonas de Zamora, León y Salamanca ante la grave situación creada por las inundaciones. El mayor peligro estuvo centrado en la comarca de Benavente (Zarnora). 600 vecinos de la localidad de Santa Croya de Tera fueron trasladados a otros lugares del pueblo, aunque se han habilitado colegios de Benavente para acogerles si fuera necesario. Diez carreteras locales se hayan cortadas y en otras dos, entre ellas la nacional Benavente-Orense, presentan problemas para circular, informa Luis Miguel de Dios.Los ríos Tera y Eria se han desbordado. Todas las miradas están puestas en los embalses de Cernadilla y Valparaíso, situados en el curso medio del Tera. Ambos están casi al límite de su capacidad. El de Cernadilla, que desagua cerca de 200.000 litros por segundo entre compuertas y turbinas, se haya a un metro de su cota máxima y a las nueve de la noche subía a razón de ocho centímetros por hora. El de Vaparaíso a la hora citada solo faltaban 29 centímetros para que las aguas llegaran a su borde. Fue preciso soltar 150.000 litros por segundo por las turbinas además de los 400.000 que salían por las compuertas.
En la comarca de La Bañeza (León) se ha desbordado el río Jamuz, que ha inundado la localidad de Quintana del Marco. También hay dificultades graves en otros pueblos de La Maragatería, La Valduerna y La Valdería. En Ciudad Rodrigo, al sur de Salamanca, las crecidas de los ríos Águeda y Bodón ha obligado a desalojar numerosas casas de los barrios bajos. Por la mañana fue preciso evacuar a familias de Lumbrales, localidad de 2.700 habitantes situada en el suroeste de la provincia. En Ávila está cerrado el puerto de Serranillos por corrimiento de tierras y 10 carreteras presentan problemas para circular. El pantano de Ruesga, en el norte de Palencia, se encuentra al límite de su capacidad. En esta provincia hay tres carreteras cortadas y en la de Valladolid dos.
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