La OCDE prevé un debilitamiento del crecimiento económico al 2,9% en los dos próximos años
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) prevé un debilitamiento del crecimiento económico en los países de la zona durante los dos próximos años, con una tasa del 2,9%, frente al 3,6% en 1989 y el 4,4% en 1988, según las provisiones semestrales, embargadas hasta las ocho de la tarde de ayer. El estudio sobre perspectivas económicas señala también que la evolución en los países del Este abre "una nueva dimensión" en la cooperación internacional, cuyos beneficios para la economía mundial serán "considerables".
Los expertos observan una estabilización de la inflación, e incluso un retroceso, tras el rebrote de principios de este año. El índice se situará, según las previsiones, en torno al 4,5% de media en 1990 para los países de la zona (4,3% en 1991). La situación económica se caracterizará por un índice de inflación "suficientemente fuerte para que siga siendo preocupante", un mantenimiento de los desequilibrios exteriores y una tasa de paro que solamente se estabilizará en torno al 6,6% en el conjunto de la zona, rompiendo en los dos próximos años la tendencia a la baja que mantenía. El paro seguirá siendo elevado en algunos países.Asimismo, los expertos se muestran preocupados por el alto nivel de los tipos de interés, por la estabilidad de los mercados de cambio, por las "inciertas" perspectivas de mejora de los países endeudados y por las "indecisiones" del sistema comercial multilateral.
Evaluación "prudente"
La OCDE reconoce que su evaluación de la economía mundial es "quizá demasiado prudente", por lo que se cura en salud anunciando que las previsiones pueden no recoger la existencia de "mutaciones estructurales más importantes y más profundas", fruto de los buenos resultados de la economía mundial desde 1987. De todas formas, la OCDE invita a los países miembros a "mantener un en torno económico estable", ya que "no está garantizado que la situación económica satisfactoria se perpetúe". Las recetas ante esta situación se resumen, pues, en la firmeza de la política monetaria, el saneamiento presupuestario, la aceleración de las reformas estructurales y el reforzamiento de la cooperación económica.En este campo cobran especial importancia los "cambios políticos espectaculares" en los países del Este de Europa, que anuncian el nacimiento de "aspiraciones y posibilidades de reforma económica sin precedentes". Pese a la prudencia con que abordan los acontecimientos en el Este, los expertos proponen "acciones urgentes" que simultaneen las medidas de estabilización y las reformas estructurales.
El ligero retroceso de la inflación en 1991 cuenta con la excepción de Estados Unidos, país para al que las previsiones indican una tasa de 4,4% en 1990 y 4,5% un año después. El mayor peligro para la inflación en 1990 proviene, según la OCDE, de la influencia de las presiones salariales, dado el "comprensible" deseo de los trabajadores de compartir los frutos del crecimiento. Por eso, recomienda la concertación con los sindicatos.
Hasta 1991, el déficit de las administraciones públicas debe ser inferior al 1% del producto nacional bruto (PNB) en el conjunto de la OCDE, frente al 4% de principios de la década. El déficit seguirá alto en Italia y Grecia. La evolución en el Este puede influir asimismo en la reducción del gasto público si se produce una rebaja de los gastos militares.
La OCDE no prevé grandes cambios en el ajuste de los desequilibrios comerciales en los tres países principales de la zona: EE UU, Japón y República Federal de Alemania (RFA). Así, el déficit de la balanza de pagos norteamericana debe caer a 121.500 millones de dólares este año y a 118.100 millones en 1990, frente a 126.600 millones en 1988, pero remontará a 123.800 millones en 1991.
Excedente Japonés
En cuanto al excedente japonés, se espera un aumento a 68.600 millones de dólares en 1991, tras haberse reducido en casi 20.000 millones este año en relación a 19,88. La previsión para 1990 es de 61.100 millones de superávit. El excedente comercial de la RFA no deja de crecer. Este año aumentará en 12.400 millones de dólares, y en otros 15.000 millones en los dos próximos años. Las cifras previstas son de 70.800 millones en 1990 y de 75.700 millones un año más tarde. Los desequilibrios permanecerán, pues, en torno al 2% del PNB en estos tres países, mientras que los déficit del Reino Unido, Canadá, Australia, España, Portugal, Grecia, Finlandia y Suecia serán del mismo orden. La OCDE opina que, para combatirlos, se imponen políticas monetarias y presupuestarias restrictivas.Las presiones sobre los mercados monetarios se reducirían con acciones firmes para acabar con el déficit presupuestario norteamericano y con el lanzamiento de reformas estructurales de apertura de mercados en los países con excecentes, estima la OCDE. Pero, mientras tanto, los objetivos deben ser mantenidos al nivel actual.
En el dominio de la cooperación entre los países de la zona, la OCDE predica la reducción de las subvenciones industriales y de las ayudas a la agricultura, la eliminación de las medidas antidumping y el éxito de las negociaciones de la ronda Uruguay, cuyo fracaso tendría "graves repercusiones" en el sistema comercial multilateral. "A este respecto", afirman los expertos, "1990 será un año crucial".
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