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MUERE EL PADRE DE LA DISIDENCIA SOVIÉTICA

Andrei Dimitrievich, símbolo de la resistencia

Sajarov deja un importante vacío en el Parlamento de la URSS

Pilar Bonet

En el Congreso de los Diputados Populares de la URS S había ayer un vacío. Andrei Dimitrievich Sajarov, símbolo de la resistencia al régimen estalinista, diputado por la Academia de Ciencias, ya no estaba allí para denunciar violencias antiguas y nuevas, apoderarse de la tribuna para acusar al Ejército soviético en Afganistán o la actuación china en la plaza de Tiananmen, defender a los armenios de Nagorno-Karabaj, protestar desde el patio de butacas, provocar insultos y pasiones con su defensa a ultranza de la democratización y los derechos humanos.

En el Congreso de los Diputados de la URSS faltaba la característica voz nasal que pugnaba por hacerse oír frente a un micrófono desconectado, la exhuberante actividad, las frases entrecortadas que todos escuchaban conteniendo el aliento y la figura encorvada de un hombre que, a sus 68 años, parecía mucho más anciano de lo que era.Con la muerte de Andrei Sajarov, científico, académico desde 1953, premio Nobel de la Paz en 1975, defensor de los derechos humanos desde los años sesenta, ex represaliado y ex desterrado político entre 1980 y 1986, desaparece un símbolo de coherencia e integridad moral mantenidas a lo largo de una vida que reflejó sucesivamente las esperanzas, las desilusiones y las inquietudes de la mejor parte de la intelectualidad rusa y soviética formada en época de Stalin, conmovida por el deshielo de Nikita Jrushov y decepcionada por Leonid Breznev.

Junto con el escritor Alexandr Solzhenitsin, Andrei Sajarov era uno de los dos grandes símbolos de: la resistencia al obscurantismo brezneviano. Andrei Dimitrievich se graduó en Física en la Universidad de Moscú en 1942. Académico a una edad precoz, trabajó en el Instituto de Física de la Academia de Ciencias. Durante dos décadas participó en el programa nuclear militar soviético y desarrollo de la bomba de hidrógeno que la URSS consiguió en 1953.

Prohibición nuclear

Sus trabajos eran entonces secretos, lo que sería después motivo para no dejarle salir al extranjero hasta 1988. A finales de los cincuenta, comenzó a publicar artículos sobre el uso de la energía nuclear para fines pacíficos. La evolución personal de sus convicciones se transformó en uneferviente pacifista. Cuando pidió que fueran prohibidas todas las armas nucleares, fue cesado en todos sus cargos, aunque siempre siguió conservando el estatus de académico. En 1968, publicó en Occidente su famoso ensayo "Pensamientos sobre el Progreso, la Coexistencia Pacífica y la Libertad Intelectual". El libro apareció poco antes de la invasión de Checoslovaquia por las tropas del Pacto de Varsovia y era una llamada para que EEUU y Moscú aunaran esfuerzos con el fin de evitar la guerra nuclear.

En 1970, Sajarov fundó el Comité de Derechos Humanos y se convirtió en un activo luchador por las libertades políticas en la URS S. Su casa en la calle Chkalova, 48, donde ha muerto, era el centro de la resistencia contra una variante rebajada del estalinismo y un centro de información sobre el destino de los disidentes. Sus llamamientos a EE UU para que no negociara con el Kremlin sobre armanento en tanto Moscú no cambiara su política sobre derechos humanos enfurecieron al Kremlin.

Tras haber denunciado la invasión de Afganistán, Sajarov fue enviado al exilio en la ciudad cerrada de Gorki, junto al Volga, en enero 1980. El Kremin lanzó una furibunda campaña de calumnias contra el científico, centrada sobre todo en la figura de Elena Bonner, su segunda esposa, a la que había conocido durante una manifestación en los sesenta. Sajarov compartió con ella un aislamiento que duró casi 7 años. Fueron años de huelgas de hambre, humillantes sesiones de alimentación por vía intravenosa, vídeos del Comité de Seguridad del Estado (KGB) filtrados a Occidente para demostrar que el académico estaba vivo, mensajes de resistencia enviados por laberínticos canales y también de ataques al, corazón. Aquellos años de pesadilla se fueron suavizando tras la llegada al poder de Mijail Gorbachov. Elena Bonner pudo seguir un tratamiento médico en el extranjero en 1986 y en diciembre de aquel año a Andrei Dimitrievich le instalaron un teléfono. Nunca antes Mijail Gorbachov hizo una llamada tan simbólica como la que precedió el retorno del científico a Moscú.

En la madrugada helada del 23 de diciembre, Andrei Dimitrievich llegaba en tren e la capital como símbolo de un cambio en el que muchos no creían aún. Siguió una rehabilitación que era tímida en principio y. que se fue afirmando poco a poco. Sajarov se reincorporó al Presidium de la Academia de Ciencias, su imagen apareció brevemente en la televisión. Vinieron después las primeras entrevistas, los primeros viajes al extranjero y su reincorporación plena a la vida política.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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