Miles de vietnamitas se manifiestan en los campos de refugiados de Hong Kong
Miles de refugiados vietnamitas en Hong Kong se manifestaron ayer en los campos en que están encerrados en la colonia contra la política de repatriación forzosa puesta en práctica por Londres, duramente criticada por buena parte de la comunidad internacional. Margaret Thatcher replicó ayer que "no es honrado indignarse cuando no se está dispuesto a acogerles", y reiteró que "hay que enviarles a casa".
Londres distingue en los alrededor de 55.000 refugiados vietnamitas en Hong Kong a los políticos de los económicos. Unos 15.000 entran en el primer renglón, a los que Thatcher considera "verdaderos refugiados, que serían perseguidos si fueran devueltos". Los otros 40.000 son los que han intentado la aventura -letal para muchos, en unas aguas difíciles sobre unos barcos sobrecargados y muchas veces carentes de condiciones de navegabilidad- "en busca de mejores condiciones de vida". Ésos "no son verdaderos refugiados", dice Thatcher y "tenemos que devolverlos a su casa".El pasado martes, de madrugada, un destacamento de fuerzas antidisturbios entró en uno de los campos de refugiados -auténticas cárceles, carentes de lo más indispensable, donde el hacinamiento ha producido brotes de tifus- para detener y devolver a Hanoi a 51 de los falsos refugiados: 26 niños, 17 mujeres y ocho hombres. La medida provocó indignación en algunos segmentos de la sociedad británica y duras críticas de Washington y la Comisión de Refugiados de la ONU, a las que ayer se sumó el Parlamento Europeo, que pidió el fin de esa política y, calificó de arbitraria la distinción entre refugiados políticos y, económicos en el caso de Vietnam.
Hanoi y Londres acordaron a principios de año unas directrices para la repatriación de los refugiados. Varias decenas ya han vuelto a su país voluntariamente tras comprobar que el futuro no les ofrecía nada y padecer las duras condiciones de los campos. Unas mil personas están en las listas de voluntarios, pero Londres ha optado por expulsar forzosamente a 51 de ellos para hacer ver a los vietnamitas que deben abandonar toda intención de aventurarse.
Londres acepta de mala gana la repulsa internacional -de hecho, ha paralizado la repatriación forzosa hasta que el problema sea debatido el próximo martes en los Comunes-, pero va a mantener su política, en un intento de forzar el próximo mes en Ginebra a la comunidad internacional a aceptar la recepción de los refugiados.
Douglas Hurd, secretario del Foreign Office, ha insinuado que el Reino Unido podría intentar convencer en Ginebra a Washington de la conveniencia de cambiar de actitud ante Hanoi para que el régimen vietnamita acceda a la ayuda internacional que ahora le está vedada. Fuentes oficiales norteamericanas se niegan a aceptar a Vietnam mientras siga sin haber noticias de algunos prisioneros de guerra y soldados desaparecidos en combate en la guerra.
Hanoi manifestó ayer que "la política, de hostilidad, aislamiento y embargo seguida por algunos países contra Vietnam en los últimos diez años es, entre otras, una de las razones de las dificultades económicas y, de las salidas ilegales al extranjero" .
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