'El hombre' y 'Fra Fra'

Un candidato no tradicional representó al régimen, a los principales, partidos de la derecha y a los empresarios en la elección presidencial de ayer.

Con un pasado simpatizante de la ultraizquierda, el ex ministro de Hacienda del Gobierno militar, Hernán Büchi, conductor de la recuperación de la economía chilena, no pudo remontar las encuestas, con una campaña que se debatió atormentada en la búsqueda de equilibrio entre el continuismo de Pinochet y la oferta de cambios.

Cuando Büchi, un ingeniero de minas de 40 años, que corre 15 kilómetros a diario y cuyo alimento preferido es el yogur, mostró independencia de un régimen del que fue funcionario durante 14 años, sus partidarios lo acusaron de "fugitivo".

Al presentarse como heredero de la obra del dictador, la derecha renovada criticó a Büchi.

Sus oscilantes declaraciones y la poca aptitud política que mostró el hombre, como llaman sus partidarios a Büchi, desgastó la candidatura.

Mensaje poco convincente

El otro candidato presidencial de la derecha, el acaudalado empresario Francisco Javier Errázuriz, conocido como Fra Fra por su tartamudez infantil, buscó arrebatar votos tanto a Aylwin como a Büchi, con el objetivo de lograr una segunda vuelta electoral.

El mensaje de Fra Fra, de 47 años, para intentar representar a un espectro social que él llama el "centro-centro", tampoco fue convincente.

Errázuriz tuvo el respaldo de los partidos de la extrema derecha, adversarios de la política económica de Büchi.

Sus ofertas populistas fueron atacadas por Aylwin y Bachi de la manera más dura que hacerse pueda, ignorándolas.

Ambas candidaturas de la derecha coincidieron sólo en sus críticas a la alianza de la izquierda y la Democracia Cristiana que respaldan la candidatura de Patricio Aylwin.