Un regalo de Hitler en estado ruinoso
España justifica el retraso de la construcción de su embajada en Bonn por problemas burocráticos
En 1941, Adolfo Hitler regaló a los Gobiernos de España, Italia y Japón los edificios que iban a albergar sus embajadas en la capital del Tercer Reich. Ahora, casi medio siglo más tarde, estas muestras de la arquitectura nazi siguen en poder de Madrid, Roma y Tokio. Los japoneses la han restaurado, pero españoles e italianos ocupan con sus consulados en Berlín occidental tan sólo una pequeña porción del edificio mientras que el resto amenaza ruina.España, sin embargo, y pese a la inquietud que ha causado en el mercado inmobiliario de Bonn el plan del canciller Helmut Kohl para la reunificación alemana, ha decidido seguir adelante con la construcción de su nueva embajada en Bonn, "el pequeño pueblo en Alemania" que Konrad Adenauer designó como capital provisional de la RFA.
Portavoces de la Embajada de España en la RFA han sido tajantes al respecto. "Los planes para la construcción de la nueva embajada siguen adelante; tan sólo están siendo retrasados por problemas burocráticos relativos a los permisos y a la aprobación del proyecto". Hace unos días sin embargo, un articulista de The Washington Post ponía como ejemplo del estado de ánimo reinante en Bonn el hecho de que Madrid había decidido abandonar la construcción de su nueva embajada en la capital federal. "Los españoles lo dicen a todo el mundo y todo el mundo está de acuerdo y asiente con complicidad", sentenciaba el diario norteamericano.
Lo único cierto es que todavía no se ha puesto la primera piedra en el solar de la Hollbeinstrasse, muy cerca del Rin, donde debe erigirse la nueva embajada de Madrid en Bonn. En la actualidad, y al igual que pasa con muchas representaciones diplomáticas en la capital de la RFA, la situación de provisionalidad es total. No menos de siete diferentes locales repartidos por toda la ciudad albergan las delegaciones de la embajada, a lo que hay que añadir la residencia del embajador en Bad Godesberg.
"El proceso ha sido muy complicado", explican en la embajada. El solar se compró hace dos años y hubo que conseguir un permiso especial para que permitieran la construcción del edificio singular del arquitecto vasco Luis Peña Ganchegui, cuyo diseño topó también con la meticulosidad de las autoridades urbanísticas de Bonn, que pretendían algo que destacara menos y que se acoplara más al estilo del barrio. "También esto lo pudimos arreglar", explican en la cancillería, "porque nosotros queríamos un edificio que representara a España y no a Alemania, lo que finalmente aceptaron". El Ministerio de Exteriores tiene ya fondos destinados a la construcción del edificio. En estos momentos se cuenta ya con la autorizaciónprovisional y se espera que para principios del año próximo se conceda ya el permiso definitivo. Luego seguirá el concurso para la construcción, con lo que, en todo caso, falta aún más de medio año para que, finalmente, se ponga la primera piedra. Más atrasado aún está el proyecto de construcción de una nueva residencia para el embajador que sustituiría a la actual, que se tiene en régimen de alquiler. Hay un terreno comprado en el barrio residencia¡ de Heiderhof y el proyecto es del arquitecto catalán Oriol Bohigas.
Traslado incierto
Sin embargo, en medios diplomáticos de Bonn y pese a las radicales negativas sobre un futuro traslado a Berlín, el tema es recurrente. Además de España, por lo menos otros cuatro países están en estos momentos construyendo nuevos edificios para sus representaciones diplomáticas. Japón, Siria, Grecia y Brasil habían ya empezado antes de que los cambios de los últimos meses les hubieran hecho recapacitar. "Es lógico", se dice en estos medios; "en los años cincuenta el tema de la reunificación por medio de una confederación estaba a la orden del día; siempre se pensó que éste era un lugar provisional, luego pareció que no, pero en el, futuro, quién sabe".El propio alcalde de Bonn ya ha hecho unas declaraciones en las que se apresta a reconocer la " provisionalidad" de Bonn y su papel de "representante" de Berlín, por lo que, dice el edil, "espera que el Gobierno federal no abandone a Bonn en el futuro". Las inmobiliarias también temen por su futuro, pero no tanto la Embajada de España, que asegura que el terreno ya se ha revalorizado en más de 200 marcos (13.000 pesetas) por metro cuadrado desde su compra.
En Berlín, la vieja embajada que Hitler regaló a Franco se cae a pedazos. El anterior Senado berlinés estaba dispuesto a colaborar en la reconstrucción y en buscar una institución cultura¡ que se albergara en sus salones. El cambio de Gobierno en la ciudad dividida y la subida de la coalición rojiverde trastocó los planes. Ahora, explican en la embajada, por lo menos habrá que hacer algunos arreglos puesto que el techado se está cayendo.
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