¿Quién nos protege?
¿Qué tuvo que ocurrir la noche del 17 de octubre en la carretera que va desde la localidad de Cabo de Gata hasta el Faro (Almería) para que alguien señalizara un desprendimiento que hacía desaparecer literalmente uno de los dos carriles en un tramo de unos seis metros por uno y medio de profundidad? Los hechos me dieron la respuesta. Bastó con que un coche cayera dentro, quedara volcado patas arriba e inmerso en un torrente que atravesaba la carretera. Bastó con perder objetos personales, sufrir daños físicos y padecer el trauma psicológico que sólo la proximidad de la muerte supone. Bastó, simplemente, con perder un coche y estar a punto de perder la vida ahogados dentro de él. ¿No es tranquilizador?-
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