"Iban sólo a por Esnaola y Muguruza", según una testigo
Ninguna de las personas que se encontraban anoche en el restaurante Basque recuerda con exactitud como ocurrieron los hechos. Teresa Toda, corresponsal del diario vasco Egin en Madrid, cenaba con los siete parlamentarios de Herri Batasuna y dos personas más. "Llevábamos unos tres cuartos de hora comiendo tranquilamente. Yo estaba de espaldas a la puerta y no pude ver nada. Todo fue muy rápido porque a nadie, ní siquiera a Iftaki Esnaola, que estaba de frente, le dio tiempo a dar la alarma", afirmó ayer entre lágrimas mientras procuraba saber la suerte de los dos heridos, especiamente de Josu Muguruza, que se encontraba cenando a su lado. "Creo que han ido a por ellos dos, nada más que a por ellos", sentenció."De pronto sonaron ruidos secos, varios, seis quizás", continúa Teresa Toda. "Todos nos tiramos debajo de la mesa. Luego un olor a pólvora, muy fuerte.Ya no vi nada más y no estoy segura de que fueran dos o tres [los agresores]", manifestó Toda, antes de que la policía se la llevara en un coche.
Ramón Uranga, consejero delegado de Egin, que comía con ellos aseguró: "A MugurTaza le han disDarado en la cabeza. El impacto de bala le produjo un desprendimiento cerebral. Los senadores y parlamentarios preparaban la sesión de mañana. Entraron dos chicos altos, ágiles, uno con la cara tapada y el otro con pasamontafías y la cara descubierta. Hubo gritos, yo no sabía decir cuáles. Nos tiramos debajo de la mesa. Hubo 6 ó 7 disparos, pero debajo de la mesa ya no se escuchó ni un solo grito. Me fijé en la chaqueta de Idigoras, y la vi agujereada y me di cuenta de que no tenía nada, pero a Josu y a Iñaqui le dieron".
Uno de los camareros del bar, que sobre las 23.10 horas, momento en el que se produjeron los disparos, trabajaba en la barra, tampoco pudo ver a los autores del atentado. "Había otras tres personas en el restaurante, aparte de ellos [los parlamentarios]. Fue un segundo. Sonó un disparo. El maitre gritó ¡al suelo! y eso fue lo que hice yo. Me tiré junto a una puerta que hay detrás de la barra. Luego vinieron más disparos, no sabría cuantos. Yo no veía nada. Cuando todo acabó vi a una persona que pedía a gritos un médico", afirmó.
Luis Irizar, propietario del establecimiento, que aseguraba no haber visto la agresión, afirmó que los autores de los disparos portaban nistolas.
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