Cómo funciona una central de grafito-gas
Bajo la contención de hormigón de Vandellòs 1 se halla el reactor nuclear. Allí, cerca de 3.000 cartuchos de combustible (uranio natural, rodeado por grafito) se someten a la fisión nuclear, consistente en bombardear con neutrones los núcleos del uranio, provocando su desintegración parcial. En este proceso, el núcleo se escinde en dos nuevos núcleos y libera más neutrones, provocando una reacción en cadena. La fisión genera radiactividad pero también una gran cantidad de energía térmica que luego será transformada en electricidad (la fisión de un gramo de uranio U-235 produce una energía equivalente a la combustión total de 2,5 toneladas de carbón). Este calor es recogido por el refrigerante (en este caso, anhídrido carbónico, pero el más común es el agua) que lo traslada hacia el intercambiador, donde se generará vapor.El gas circula constantemente de abajo a arriba, movido por cuatro turbosoplantes. Cuando entra en el núcleo del reactor se encuentra a 225ºC de temperatura. Cuando lo abandona, está ya a 400ºC. En ese momento desciende y cede este calor al circuito de agua. Ésta, que llega a 87,7ºC, se convierte en vapor (390ºC) y se dirige -ya fuera de los muros de hormigón- hacia un turbogrupo, donde pondrá en movimiento la correspondiente turbina. En este punto, el funcionamiento de la central nuclear no difiere del de las tradicionales centrales térmicas. La turbina alimenta a un alternador, que produce electricidad. Vandellòs 1 genera unos 1.500 Megawatios térmicos en el reactor, que luego son transformados en 500 Megawatios de electricidad. Esta transformación se produce a través de dos turbogrupos principales, con una potencia cada uno de 250 Megawatios.
El vapor que mueve las turbinas es posteriormente condensado y regresa, en forma de agua, al cajón del reactor. Para ello, se le hace pasar junto a un segundo circuito de agua fría, tomada del mar. Ésta regresa a su lugar de origen habiendo aumentado su temperatura en unos ITC.
El refrigerante
La función del refrigerante, fundamental para conducir el calor y transformarlo en energía eléctrica, es igualmente imprescindible para la seguridad de la centraI, ya que evita el sobrecalentamiento del reactor y la degradación del núcleo, lo que provocaría graves consecuencias. Uno de los accidentes más temidos es precisamente el originado por una falta absoluta de refrigeración del reactor. Además de los turbosoplantes existe un sistema de emergencia para su refrigeración en situación de parada.El control de la potencia del reactor, así como su parada, se consigue a través de la introducción de las llamadas barras de control (en este caso, de acero inoxidable), que tienen la propiedad de absorber los neutrones y detener la reacción en cadena. Dichas barras son introducidas, a través de la parte superior del cajón, por el llamado dispositivo principal de manutención, mecanismo automatizado responsable también de cargar el combustible. El material radiactivo residual se almacena temporalmente en unas piscinas.
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