"No busco padres ni hijos"
Ella ya era. Pero fue y se metió a esposa de Moravia, salido a la escena terrestre así como medio siglo antes que la señora. Y más luego, dos novelas. Y más después, lo que te rondaré, morena, "porque soy un animal del pasear". Entre nosotros, todo magia: desde Madrid ya interrogué: ¿Quiere que le lleve algo? Ella: "Pipas". Y en Roma, con medio kilo de pipas, porté un ramo de rosas rojas. Y hablamos. Y ¡hala!, a la grupa de su vespino japonés me transportó por Via Veneto.Pregunta. ¿Un diálogo sin Moravia y sin sexo, es posible?
Respuesta. Sí, gracias.
P. Lo siento. ¿Quién de ambos sabe más de amar?
R. No me gusta competir.
P. Si muriese hoy, ¿qué destacarían los media?
R. Me irrita la manía de hablar bien de los muertos.
P. ¿Es más subversivo vivir con Moravia o volver la espalda a Patria, Dios, Familia...?
R. Vivir con Moravia es normal y lo otro lo respeto para los demás.
P. Todas mis amantes buscan en mí a su padre. ¿Usted?
R. Ni padres, ni hijos, sino sorpresa, atracción, armonía.
P. ¿Tiene vocación de algo?
R. No, soy inconstante.
P. ¿Es esclava de Moravia?
R. ¡Noooo!
P. ¿Nunca la doblegó?
R. Jamás.
P. ¿Cuándo se suicidará?
R. Me atrae fijar la fecha, pero, ¿el método?
P. "A las mujeres hay que engañarlas", dijo Sartre.
R. Y mi marido; yo prefiero la verdad, aunque duela.
P. "Quizá pasee por el resto de mis días" es frase suya.
R. ¿Sí?, pues la ratifico.
P. Usted semeja la letra pequeña de algo. ¿De qué?
R. Es lo más extraño que me han dicho.
P. ¿Se siente superior?
R. No. Diferente, quizá.
P. "Quiero cuando me apetece", "salgo con quien me viene en gana", "soy independiente"... ¿Estas afirmaciones suyas no le estremecen?
R. Eso es estúpido, es la creación que han hecho de mí.
P. ¿En qué no está de acuerdo con Moravia?
R. En casi todo. Pero sí en lo fundamental: en la relación distante con el dinero, en que la literatura es un consuelo. Pero no en el sexo: para él es símbolo; para mí, expresión.
P. ¿Qué pretende con sus novelas?
R. Nada, me divierto.
P. ¿Sabe escribir?
R. Sí, no lo dudo.
P. ¿Cela merecía el Nobel?
R. Grité mi alegría.
P. Moravia no lo tiene...
R. Por mucho sexo en sus libros, por su ideología, dicen.
P. ¿Qué une a Cela, Moravia y Papandreu?
R. Y añada a la mitad de la humanidad... Ellos no se niegan lo que desean.
P. ¿Semejanza entre usted, Marina y Dimitra?
R. Aparte la edad, no sé.
P. ¿Por qué Moravia se enamoró de usted?
R. Él dice que por "culta, independiente, original incluso físicamente". Él sabrá.
P. ¿Qué le atrae irremediablemente de un hombre?
R. La boca.
P. ¿Y de una mujer?
R. Es más complejo; la inteligencia
P. ¿Prescindiría de velatorios y entierros?
R. Sí. Quemaría a todos
P. Hablar del sexo con usted roza el abismo, ¿por qué?
R. Es absurdo, mi austeridad es total.
P. ¿Le duele el desastre del comunismo?
R. Soy anti-visceral.
P. ¿Le gusta ser mantenida?
R. No lo fui nunca.
P. ¿Alguien le dijo "puta", en público o en la intimidad?
R. Nunca. No sé qué se pue de sentir en tales casos.
P. Le fascina, ¿qué, quién?
R. Millones de cosas, empezando por las pipas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.