350 personas en las Jornadas Internacionales de Coeducación y sexo en Valencia
La renovación de la didáctica de las ciencias sociales en un sentido no sexista es el objetivo de las primeras Jornadas Internacionales de Coeducación, que comenzaron ayer en Valencia. En estas jornadas, organizadas por el Institut Valencià de la Dona y por la universidad de Valencia, participan 350 personas vinculadas al mundo de la enseñanza.
Ante un salón repleto de gente, en su mayoría mujeres y profesoras de enseñanza media, la directora del Institut Valencià de la Dona, María José Martí, habló en la sesión de apertura del objetivo de "renovar la práctica didáctica de las Ciencias Sociales". Objetivo que debe centrarse en tres frentes fundamentales, según Martí: "La formación del profesorado, la elaboración de materiales didácticos y la revisión de los manuales escolares".Estas jornadas que finalizarán mañana tratan de hacer teoría con los materiales que proporciona la práctica. Kate Moorse, de Gran Bretaña; la italiana Genoveva Conti y el español Álvaro García Meseguer son algunos de ponentes.
La primera de las conferenciantes, Amparo Moreno, profesora de Historia de la Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Barcelona, habló de lo que calificó como su obsesión particular: "La preocupación por llegar a formular explicaciones del mundo contemporáneo y de cómo vivimos en ese mundo". Y producto de ese desajuste entre lo explicado y lo vivido, el discurso inicial de Moreno, se pobló de palabras tales como desazón y angustia. "Aunque", dijo, "no renuncio a una explicación del mundo donde yo pueda reconocerme".
Moreno centró si: ponencia en un intento de superar el llamado "androcentismo de la Historia". "El discurso académico no sólo privilegia a los hombres", dijo. "Ni siquiera a todos los hombres, ya que centra su atención en los escenarios públicos". En referencia al olvido histórico de las mujeres, Moreno se planteó la autocrítica: "No sólo hemos de indagar lo que han llevado a cabo las mujeres, sino que debemos preguntarnos por ese hombre que hemos aprendido a identificar como protagonista de la Historia". Y acabó con una propuesta y un consejo: "Debemos redefinir la vida social desde una noción unitaria. La vida es comunicarse. Hemos de ver es cómo llevar a cabo esa comunicación". El consejo final tuvo tintes de advertencia: "Abandonemos (las mujeres) el dircurso victimista. Sólo sirve para la autolegitimación de los redentores".
Transmisión de valores
Rafael Grasa, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Barcelona estableció dos vertientes de la comunicación, de contenidos y relacional, e hizo hincapié en que lo gestual es lo que jerarquiza la transmisión de valores. Grasa afirmó que las ciencias sociales no son neutrales. "Ni estas, ni su enseñanza pueden considerarse así", aseguró. "Cada persona tiene una subjetividad, no sólo en aquello que enseña sino también en cómo lo transmite". Grasa advirtió que la educación alternativa no hay que tomarla como tabla de salvación. "Es posible educar en valores diferentes. Se trata de una condición necesaria pero insuficiente".
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