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Kaifu, reelegido presidente del Partido Liberal de Japón

El pachinko, el juego más popular de Japón, enzarzó ayer a Gobierno y oposición en una guerra de graves acusaciones, muy en sintonía con el clima de precampaña electoral que ya respira el país, y que coincidió con la reelección del actual primer ministro, Toshiki Kaifu, como presidente del partido liberal por un período de dos años. La reelección fue un simple formalismo por no haber otros candidatos y salió de un congreso del partido gobernante celebrado en Tokio.

Los jefes de las facciones liberales acordaron semanas atrás mantener la confianza en Kaifú, pero el futuro de éste depende de lo que deparen las elecciones legislativas que se cree puedan celebrarse en enero o febrero próximos.La comisión de presupuesto de la Cámara Baja fue escenario ayer de un agrio debate sobre el escándalo del pachinko, el último caso de donaciones irregulares dadas a políticos y que en esta ocasión se trata de aportaciones hechas durante los pasados cinco años a todos los grupos parlamentarios, con excepción del comunista, por los propietarios de las salas de pachinko.

Más del 30% de la población japonesa participa en este aburrido juego de máquinas de bolas que reporta anualmente unos ingresos declarados de 13 billones de yenes (unos 10 billones de pesetas). La industria está controlada por residentes coreanos en Japón y en ella tienen intereses también clanes yakuza, las sociedades de crimen organizado que abundan en el país. Cualquier japonés sabe que la industria del pachinko evade ingentes cantidades de sus millonarias ganancias. Algunos cálculos cifran el fraude fiscal en nada menos que 20 billones de yenes.

Los liberales han decidido publicitar al máximo todo aquello que descubra la posible connivencia entre los socialistas y una asociación pronorcoreana que tiene estrechos lazos con el pachinko para desacreditar a Takako Doi, la líder del primer partido de la oposición, y demostrar que su grupo ha aceptado dinero de organizaciones extranjeras. Ayer, un diputado liberal acusó a los socialistas de seguir las directrices marcadas en un documento interno del Chongryon, una asociación de residentes coreanos que apoya al régimen comunista de Pyongyang.

El escándalo del pachinko está teniendo una repercusión negativa en la imagen de Takako Doi. Una asociación de empresarios de pachinko compró cuatro millones y medio de yenes en entradas de la fiesta que los socialistas organizaron hace dos años para celebrar el nombramiento de Doi como presidenta del partido. La popularidad de Doi decrece al tiempo que gana la de Kaifu, reelegido ayer por un período de dos años como presidente del partido liberal. Desde que este político de 58 años asumió la jefatura del Gobierno en agosto pasado, el partido en el poder sube en las encuestas de opinión, tal vez debido más a los deméritos de la oposición que a sus propios aciertos.

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