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Jugar a Pulgarcito para sobrevivir

El hombre que estuvo perdido 17 días en los Picos de Europa dejaba mensajes en tarjetas de visita

José Pedro García Azón, el representante de comercio extraviado en el macizo occidental de los Picos de Europa, encontró sosiego en la misma naturaleza escarpada e imponente que lo mantuvo como rehén durante 17 días de penuria y soledad. A su localización contribuyó poderosamente su propia iniciativa. Si Pulgarcito dejaba guijarros para no extraviarse, este representante de comercio fue depositando allí por donde pasaba sus tarjetas de visita con anotaciones explicativas de su situación. El hallazgo de algunas de ellas por varios pastores del lugar permitió encontrar la pista definitiva.

En una había anotado: "Hoy, día 27, perdido e indeciso, he regresado a este cobertizo. Pensaba que me había salido del camino por el que vine. Regreso otra vez corriente arriba. Llevo muchos días perdido y sin comer. Búsquenme, avisen a la Guardia Civil. Quiero llegar a un puentecillo de piedra, que es por donde vine. Gracias, tendrán recompensa".García Azón explica: "Tuve momentos de desesperación, pero la contemplación de un paisaje tan espectacular me sosegaba en muchos momentos. Los Picos de Europa son de una belleza extraordinaria y dan una sensación de inmensidad impresionante", declaró en Cangas de Onís tras haber sido rescatado por miembros del grupo de montaña de la Guardia Civil. García Azón explica: "Se me agolpaban los recuerdos de todo tipo, y vivía en una mezcla continua de alegrías y depresiones".

Tiempo primaveral

Azón no ignora que ha logrado sobrevivir merced a su tesón y a los conocimientos de su inconclusa carrera de Medicina, pero también a una afortunada coincidencia de factores favorables: una metereología inusualmente primaveral y la feliz casualidad de que tres miembros del grupo de montaña de la Guardia Civil que participaban en su búsqueda desde hacía una semana optaran por internarse en un angosto barranco de paredes verticales.

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,"Sabía que lo importante para sobrevivir es, sobre todo, beber agua, y por esa razón me mantuve siempre cerca de algún arroyo. Me acordé de la película El cazador, y también de la dieta de supervivencia de los marines norteamericanos, que solían alimentarse de moluscos. En este tiempo comí caracoles, frutos de espino, arándanos, avellanas y frutos del tejo. Un día logré capturar una trucha que había quedado atrapada en un pozo del río. La envolví en la capucha de la cazadora y acabé comiéndola cruda porque no llevaba fuego conmigo. Sabía que se puede aguantar un mes sin comer, y eso me tranquilizaba".

Pese a los alimentos ingeridos, el improvisado montañero fue encontrado en la tarde del pasado domingo totalmente exhausto y muy débil. Desde el lugar en el que se encontraba, la expedición tardó ocho horas en llegar a la base establecida por la Guardia Civil, cuando lo lógico hubieran sido dos horas de caminata. "Lo teníamos que animar constantemente", aseguraron miembros del equipo de rescate.

Azón es natural de Zaragoza, aunque está afincado en Valencia, donde reside su madre. Tiene 41 años y está soltero. Es representante de artículos de escritorio, razón por la cual el pasado día 11 se desplazó a Asturias para realizar varias gestiones profesionales en Oviedo y Gijón. El día 12, festividad del Pilar, decidió conocer los lagos de Covadonga, hasta donde se desplazó en su propio vehículo. Una vez en la Vega de Enol, optó por dar una caminata hasta el mirador del Rey, desde donde avistó el bosque de Pome, un hayedo que quiso conocer de cerca. Ya no logró encontrar el camino de regreso. La primera noche pernoctó en una oquedad, donde improvisó un camastro con ramaje. Al día siguiente y en los sucesivos trató de encontrar una salida siguiendo el curso de los riachuelos, pero, ante el temor de volver a extraviarse, regresaba de nuevo al lugar de partida.

No tenía noción del lugar exacto en que se hallaba y apenas si iba equipado con un pantalón de entretiempo, una camisa y una cazadora. "Durante estos 17 días controlaba la temperatura corporal porque tenía miedo a enfermar, y hacía esfuerzos enormes para controlarme y no caer en la desesperación. Recordaba películas, lecturas y todo tipo de sucesos y experiencias con tal de distraerme y no obsesionarme".

Final feliz

La búsqueda del excursionista no se inició hasta 10 días después de su extravío, cuando varios lugareños pusieron en conocimiento de la Guardia Civil la existencia de un coche abandonado en la Vega de Enol. En las tareas de rescate participaron 50 guardias civiles, perros y un helicóptero del cuerpo. La extraordinaria dificultad del terreno alargó una operación que ha tenido un final feliz, lo que no siempre ocurre.

José Pedro fue localizado en la tarde del domingo, cobijado en un abrigo natural, en el fondo de una hendidura conocida como Mecedura de los Ríos. El lugar había sido sobrevolado por el helicóptero en varias ocasiones, pero no había logrado introducirse en el barranco, debido a la estrechez del mismo. Fuentes de la Guardia Civil han manifestado que este inconveniente posibilitó el hallazgo del excursionista perdido, dado que se optó por hacer un reconocimiento a pie del lugar. Azón se había percatado de la presencia del helicóptero, según declaró después, pero carecía de fuerzas para aguantar los brazos y hacerse ver.

Confuso y aturdido en el momento del rescate, se muestra decidido a regresar algún día a los Picos de Europa para poder recrearse en el paisaje.

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