Felipe González asegura que el PSOE deberá asumir de nuevo "la responsabilidad de gobernar"

Los máximos dirigentes del PSOE, Felipe González y Alfonso Guerra, se retiraron a la una de la madrugada de hoy a unas habitaciones del hotel Palace de Madrid con la certidumbre de que su partido estaba a punto de conseguir la mayoría absoluta, aunque oficialmente no lo reconocieron. El vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, afirmó que, con un 94,5% de los votos escrutados a esa hora, el PSOE tenía 175 diputados, con tendencia a alcanzar los 177. Felipe González declaraba poco antes que la primera consecuencia de estas elecciones es que el PSOE tendrá que "seguir asumiendo la responsabilidad de gobernar".

La expresión en los rostros de los dirigentes del PSOE varió ostensiblemente entre las nueve de la noche y la una de la madrugada según iban recibiendo sus propios sondeos y los que se hacían oficiales en el Palacio de Congresos y Exposiciones. El momento de mayor desánimo fue cuando se anunció que los socialistas no alcanzaban más allá de 172 diputados, lo que no impidió que el secretario de Organización del partido, Txiki Benegas, afirmase que aunque ése fuera el resultado final no sería necesario formar coaliciones o pactos de legislatura, ya que a lo sumo tendrían que llegar a "pactos concretos" para aprobar algunas leyes.Cuando aún no se habían disipado las dudas, compareció ante varios centenares de militantes, altos cargos y gentes de la cultura y el arte, Felipe González, muy distendido, casi bromista, agradeciendo el esfuerzo de todos y, sobre todo, "a los ciudadanos que han prestado su apoyo una vez más".

González agradeció las muestras de afecto de los presentes, que coreaban unas veces "Felipe, Felipe" y otras "presidente, presidente". Lejos de las declaraciones graves e institucionales que pronunció en el mismo lugar en los años 1982 y 1986, improvisó unas palabras en las que dejó muy clara su disposición a gobernar una tercera legislatura. "Asumimos plenamente el resultado sea cual sea".

Después habló de las consecuencias de estas elecciones, cuando ya estaba escrutado más del 94% de los votos: "La consecuencia lógica es que tendremos que seguir asumiendo la responsabilidad de gobernar, sea el resultado de 173, 175 o 177, lo que haremos con la misma decisión y talante dernocrático".

A continuación, recurrió a la ironía y, entre risas, dijo: "Pero puede ser que todas las demás fuerzas se junten y reciban el encargo constitucional de formar gobierno". Cuando González terminó su intervención de dos minutos y ya se había retirado, apareció Alfonso Guerra, que en medio de un gran barullo fue abordado por los periodistas. Fue Guerra quien dio por seguro, a la una de la madrugada, que el PSOE contaba ya con 175 diputados, y que la tendencia apuntaba a subir a 177. "Es un triunfo extraordinario el que después de siete años de Gobierno se alcance la mayoría absoluta o algo prácticamente igual a la mayoría absoluta", recalcó.

Un informador preguntó a Guerra si el descenso de votos registrado por el PSOE motivaría "un cambio de comportamiento en los socialistas". El vicepresidente respondió: "Por la confianza que hemos recibido parece que nuestro comportamiento ha sido muy bien acogido por los ciudadarios".

La primera comparecencia de los socialistas se había producido pasadas las ocho a cargo del presidente del Grupo Socialista del Congreso, Eduardo Martín Toval, encargado de comentar los sondeos de los medios de comunicación. Martín Toval no pasó de decir que el PSOE había obtenido "la confianza mayoritaria de los ciudadanos".

Cuando ya se habían desatado los rumores de que el PSOE perdía la mayoría absoluta, compareció Txiki Benegas para dar a conocer los resultados del sondeo del propio partido, realizado en 2.000 mesas en cada una de las cuales se escogieron 50 papeletas. Esta muestra arrojaba para el partido entre 173 y 176 diputados. Aun así, Benegas afirmó que contaban con "una mayoría suficiente para formar gobierno".