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¡Hagase la luz!

El sector eléctrico español afronta tras las elecciones un futuro lleno de interrogantes

"No quiero oír hablar de fusiones en el sector eléctrico hasta después del 24 de noviembre", le decía recientemente un alto cargo del Ministerio de Industria a uno de sus más estrechos colaboradores en el área energética. Mientras, en los medios financieros se disparaban los rumores sobre crecientes tomas de posición de la banca en las principales eléctricas del país, en un enloquecido baile de compras de títulos que ni las propias compañías eran capaces de controlar. Simultáneamente, en el despacho de Claudio Aranzadi saltaba la alarma: "Tenemos indicios de que Hidrola e Iberduero están haciendo papeles con vistas a una posible fusión".

Unos culpan a la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA) de ser la instigadora de los fuertes movimientos bursátiles observados en el grupo eléctrico a lo largo de los últimos meses. Otros creen que fue el Banco Bilbao-Vizcaya (BBV) el que activó el mecanismo de relojería de un artefacto que no tardará demasiado en estallar. Otros consideran, en fin, que ha sido la propia realidad de las cosas, es decir, unas empresas eléctricas excesivamente atomizadas, en un -sector caracterizado por los grandes desequilibrios comparativos, lo que ha llevado a la Administración a plantear la conveniencia de rediseñar un nuevo mapa eléctrico. La reacción, claro está, no se ha dejado esperar.El desconcierto ha invadido el sector eléctrico; un sector que sigue sin encontrar luz con la que iluminar el oscuro camino por el que transita desde hace algunos meses. "Son inversores institucionales y, sobre todo, fondos de inversión extranjeros los que están comprando nuestras acciones. No hay motivos de alarma", decían los responsables de una de las primeras eléctricas españolas, que meses más tarde se han encontrado con la sorpresa de tener la bicha en casa.

Para algunos expertos, el paso dado por ENDESA en Sevillana de Electricidad ha supuesto un cambio radical y una ruptura de hecho en la correlación de fuerzas existentes en el sector, mientras que otros insisten en que los movimientos en tomo a Hidrola e Iberduero fueron bastante previos a que se diera a conocer la comprá por parte de la empresa pública del 9,8% de Sevillana, "por lo que parece lógico pensar que fue otro el que rompió la baraja".

Movimientos bursátiles

El secretario general de la Energía, Victor Pérez Pita, que recientemente manifestó desconocer quién está detrás de los fuertes movimientos bursátiles en torno a las eléctricas, justificaba la entrada de ENDESA en el capital de la empresa andaluza en el temor de aquélla de quedarse descolgada en una posible reorganización interna del sector, que, a su juicio, se estaba preparando al margen de la Administración. "No estamos dispuestos", afirmó, "a que a ENDESA le toque bailar con la más fea". La posibilidad de que la empresa pública tuviera que asumir los costes de la nueva reordenación adquirió plena carta de naturaleza desde el mismo momento en que Hidrola e Iberduero decidieron la conveniencia de establecer una alianza en la cúspide del sector."Hasta que no se conozca la composición del nuevo Gobierno, que nadie piense que vayan a tomarse decisiones importantes que afecten al futuro de las empresas eléctricas de este país", recalcaba un conocido banquero español, quien poco después insistía en que será en los despachos de los máximos responsables de la banca, y no en los de los presidentes de las eléctricas, en donde se adopten las medidas que afecten al futuro del sector. "Eso sí, siempre de acuerdo con la autoridad administrativa competente", matizaba la citada fuente.

El Banco Bilbao-Vizcaya, sin duda, se perfila como el más firme candidato y una de las fuerzas accionariales más importantes a la hora de negociar el futuro del sector. Claro que tampoco hay que olvidarse de otras dos entidades tradicionalmente cerca de las eléctricas: el Banco Español de Crédito (Banesto) y el Banco Central. La posición del BBV en Sevillana -con un porcentaje del capital en torno al 10%-, así como su papel predominante en Iberduero y su fuerte presencia en Hidrola, estimada -aunque no está confirmadoen un 7%, confieren a la entidad vasca una situación muy especial con vistas a la citada reordenación sectorial.

Inquietud oficial

"Mientras no se conozcan los planes estratégicos del Ministerio de Industria para el sector eléctrico, no tiene sentido incrementar nuestras participaciones en el capital de estas compañías", afirmaba un portavoz oficial de Banesto, que desmentía así tácitamente los rumores que señalaban a esta entidad como una de las artífices de los elevados volúmenes de contratación registrados en el grupo eléctrico.Y en medio de todas esas declaraciones institucionales de buena voluntad, la inquietud ha llegado a los despachos del Ministerio de Industria. La constatación de "algunos indicios" de contactos entre Hidrola e Iberduero para una fusión ha sido el detonante.

Una vez más, la historia se repite. La Administración trata de coordinar los movimientos del sector, y los agentes afectados, bancos y empresas, buscan posiciones previas de privilegio que eviten la adopción de compromisos. Para el sector privado, el papel de la empresa pública ENDESA suele ser una garantía a la hora de materializar las decisiones que emanan de Industria, pero el Gobierno quiere que esta vez los sacrificios sean asumidos equitativamente entre todos.

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