Los mercados de valores registran una ligera mejoría en un clima de desconcierto y recelo
Las bolsas internacionales experimentaron en la sesión de ayer una ligera recuperación que imitó el comportamiento de Wall Street en la tarde anterior. Los mercados nacionales compartieron esa actuación de las principales bolsas en medio de un clima de creciente desconfianza tras la publicación del déficit comercial norteamericano correspondiente al mes de agosto. Los inversores otorgan mayor credibilidad a los sucesos que provocaron la baja del pasado viernes que a una recuperación claramente forzada por la masiva inyección de dinero efectuada por la Reserva Federal en el mercado norteamericano.
El desconcierto causado por las bruscas caídas del lunes y, ahora, por esta subida no ha hecho sino aumentar, generando un clima de incertidumbre que poco a poco ha ido adueñándose de los patios de operaciones. En este contexto, la Bolsa de Madrid subió ayer 4,5 puntos, lo que significa una recuperación inferior a la tercera parte de las pérdidas sufridas en la primera sesión de la semana. Por su parte, las bolsas de Barcelona y Bilbao subieron 9,32, y 2,04 puntos, respectivamente, mientras que Valencia descendió 0,05 puntos.Gestores y operadores pronostican para los próximos días una serie de vaivenes, sin descartar nuevos ajustes a la baja, mientras califican el desarrollo de la sesión de ayer de "pesada" e influida por un clima generalizado de desconcierto. Los movimientos compradores, a pesar del atractivo de los bajos precios, no dejaron de lado la prudencia, como demuestra el nivel de la contratación de esta jornada, muy por debajo del conseguido el lunes.
Un ejemplo de las expectativas con las que se está operando en el mercado es la presencia en la sesión de ayer de abundantes órdenes de venta de la barandilla, que procedió a la venta de los títulos adquiridos a bajo precio el día anterior ante el giro que, ya en ese momento, empezaba a dar el mercado. La sensación dominante en el parqué es que la tormenta se ha alejado, pero no ha desaparecido. El paraguas desplegado por la Reserva Federal ha protegido a los mercados internacionales del chaparrón inmediato, pero nadie parece apostar ahora por una recuperación total, sobre todo después de conocerse el déficit comercial estadounidense de agosto. Se esperan reajustes y la opinión más extendida asegura que el dinero más arriesgado, aquel que busca posiciones de riesgo con posibilidad de beneficios interesantes y que suele iniciar tendencias, se ha retirado del mercado y no volverá hasta que se clarifique completamente la situación.
Influencia exterior
Las bolsas actuaron más influidas por los acontecimientos internacionales que por los datos publicados acerca de la marcha de la propia economía nacional. En este sentido, la publicación del incremento del déficit comercial español en los nueve primeros meses del año no influyó en las cotizaciones, mientras que se esperaba con gran expectación la cifra del déficit norteamericano. La similitud entre ambas economías, naturalmente salvando las debidas distancias, ha obligado a los inversores a reflexionar sobre el futuro inmediato, y la respuesta ya es conocida de todos.
El mercado continuo, con un comportamiento positivo en la jornada matinal, restó al índice general de la bolsa madrileña 1,46 puntos. La evolución de los precios en los 36 valores incluídos en el sistema de contratación a través de ordenador -que el lunes negociaron el 72,8% del total de acciones- fue una muestra más de recelo ante un contexto internacional no demasiado claro. Los descensos comenzaron al poco tiempo de conocerse los datos del déficit comercial de Estados Unidos -aproximadamente a las 13,30-, y se agudizaron cuando la Bolsa de Nueva York abrió con una orientación negativa. A lo largo de la tarde se sucedieron los datos que confirmaban el descenso, suave pero constante, de aquel mercado, lo que hace prever una sesión difícil en toda Europa para esta mañana. Los operadores más experimentados comentaban con preocupación el alcance que estos acontecimientos pueden tener para las bolsas españolas a medio plazo, ya que los inversores particulares pueden apartarse de la bolsa durante algún tiempo.
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