_
_
_
_

El hombre que educa las plantas

Todas las mañanas, los tiernos brotes de sorgo, las espigas de trigo, las coles y la cebada saben que su profesor va a venir. E inevitablemente, a la una de la mañana, llega el maestro. Verifica si sus plantas han asimílado la clase anterior. Halaga sus tubérculos, acaricia sus hojas. Retira a los muertos. Entonces empieza la clase. El tema de la lección es siempre el mismo: "Tenéis que tolerar lo que considerábais antaño como un veneno, la sal".Este hombre que pasa sus noches educando plantas se llama Gérard Arrizallag y es investigador en la fisiología vegetal en la universidad Hebraica de Jerusalén. Aquí nada de genética ni de superabonos, sólo persuasión. Y parece que funciona. Ya ha conseguido producir fresas, melones, tomates, que no sólo se beben agua salada, sino que tienen un sabor mucho más dulce que los que se crían con agua dulce (...).

"Las plantas educadas toleran un agua salada hasta unas cuatro quintas partes de la salinidad de la del mar. Hasta ahora sólo se les hacía admitir la décima parte. Tienen ciclos de hojas, flores y frutos normales. Estamos probando desde hace unos meses estas plantas en los kibutzim del Neguev para su posible utilización a gran escala (..)", declara Arrizallag.

( ... ) Sólo un pequeño inconveniente: las plantas mitridatizadas al agua salada soportan mal el agua dulce. Menos mal que llueve poco en el desierto.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

11 de octubre

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_