Alta definición para los tres gigantes

Mientras los países en vías de desarrollo se preocupan por la colonización de las conciencias a través de la programación, los tres grandes de la comunicación (Estados Unidos, Japón y Europa) mantienen un pulso cada vez más intenso en la televisión de alta definíción, auténtico desafío audiovisual del año 2000 tanto tecnológico como económico. Esta tensión se ha traducido en el simposio de Ginebra en una oferta agresiva de equipos y programas, sobre todo por parte de Japón.La implantación de la televisión de alta definición, que ya funciona en términos experimentales, supondrá en los usuarios la renovación o, por lo menos, la adaptación de prácticamente todo el parque de televisores.

Japón ha tomado la delantera desde que hace 20 años comenzó a investigar en, un sistema de 1.125 líneas de definición frente a las 525 del actual sistema NTSC. Desde el pasado mes de junio, la televisión pública japonesa difunde una hora diaria de programas de alta definición. Estas emisiones pueden ser captadas únicamente por quienes están conectados al cable o tienen un receptor de satélite.

Europa, con su sistema propio de 1.250 líneas que superará al actual de 625, tiene la ventaja de que llegará a un mercado de 340 millones de consumidores que no tendrán que sustituir sus aparatos convencionales para ver la televisión de alta definición. En la línea de influencia se encuentra también Estados Unidos, que al principio se inclinó por el sistema japonés, pero que ahora busca un sistema compatible con todos los demás con el fin de dar salida a su mercado de programas.

Antes del año 2010, es decir, antes de 20 años, un habitante de una célula electrónica (el hogar de principios del siglo XXI) dispondrá de un terminal de televisor con pantalla de alta definición, de pantalla plana, mayor y más alargada que la de su antiguo receptor, que le permitirá ver imágenes de calidad cinematográfica, con sonido estereofónico.