Richard Branson
La aventura en globo de un empresario nada convencional
Richard Branson, el supermillonario empresario británico de 39 años, lo va a intentar de nuevo. Sólo que esta vez, más difícil todavía. Hace un par de años casi consiguió atravesar el Atlántico en globo y ahora va a aventurarse en el Pacífico. Unos 9.000 kilómetros entre Japón y California y de 700 a 100 horas suspendido en el aire a temperaturas próximas a los 50 grados bajo cero.Branson es, a sus 39 años, un empresario nada convencional. Creador del grupo Virgin -que cubre desde la producción hasta la venta de discos, al que hace unos años añadió la companía aérea Virgin Atlantic-, siempre ha sabido estar en candelero. El año pasado dio la campanada al recomprar todas las acciones de Virgin Music en respuesta a la apagada reacción del mercado al briflo de productos tales como Mike Oldfield o Phil Collins.
Recuperada la libertad, Branson acaba de vender el 25% de esa división del holding a los japoneses de Fujisankei, uno de los mayores consorcios nipones de la comunicación. La operación se ha cerrado en 93 millones de libras (unos 18.000 millones de pesetas), lo que añade otros 82 millones a los muchos que Branson atesora en su cuenta personal, y dará al grupo la oportunidad de aumentar sus ventas en el mercado japonés, el segundo en ventas en el mundo de la música.
El británico tiene otros intereses más allá de hacer dinero, y dentro de unas semanas va a combinar su afán por la aventura con los negocios y la defensa de la causa ecológica. Junto con su amigo Per Linsdtrand, va a despegar de la sureña isla japonesa de Kiushu con el propósito de aterrizar en California.
El salto está inédito en globo, y para él se va a utilizar uno descomunal -se dice que en su interior podrían caber cinco aviones jumbo- del que colgará una cápsula presurizada en la que viajarán los dos aventureros a unos 11.000 metros de altura, empujados, en ocasiones, por vientos de hasta 350 kilómetros por hora, sin control del globo y comunicados por radio con tierra.
El Virgin Pacific Flyer será calentado con propano, aunque también transformará energía solar, y llevará escrita la consigna Salvad nuestra Tierra. El objetivo de Branson es dar a conocer a Virgin en Japón y despertar la sensibilidad nipona a las necesidades de la naturaleza. Cuando en 1987 intentó la travesía del Atlántico desde Estados Unidos, el globo del empresario-aventurero cayó al mar poco antes de alcanzar Irlanda. "Sabemos lo que fue mal entonces y ahora podemos preverlo", dice. "Hay que contar con lo inesperado, pero si no pensara que tenemos grandes posibilidades de salir de esto con vida, no lo haría".
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