El vuelco de un camión en la M-30 colapso la zona este durante cinco horas
El tráfico de la zona este de Madrid quedó colapsado durante cinco horas en la mañana de ayer, mientras en el resto de la ciudad la circulación discurría con fluidez. Un camión articulado de El Corte Inglés cargado con 40.000 kilos de mercancías volcó a las cinco de la madrugada en la M-30, a la altura de¡ tanatorio municipal, según informó el gabinete de información de tráfico de¡ Ayuntamiento. Los automóviles atrapados fueron desviados por los carriles laterales de la autovía hacia la N -11. En plena hora punta, un monumental atasco cobró vida desde el barrió de Canillejas hasta la plaza de Legazpi. Retenciones de hasta ocho kilómetros bloquearon la única vía de circunvalación de Madrid.
Mientras tanto, efectivos del Cuerpo Nacional de Policía instalaban diversos controles en distintos puntos de la ciudad El que causó mayores problemas circulatorios se instaló en la confluencia de las calles de Velázquez y Diego de León, en una zona muy próxima al arranque de la avenida de Amé rica. Fuentes de la Policía Municipal precisaron que desde el comienzo de esta semana las Fuerzas de Seguridad del Esta do realizan controles selectivos en los principales accesos y en crucijadas de la ciudad. Este tipo de actuaciones policiales se inscriben en la Operación Llave, dispuesta por el Ministerio del Interior para prevenir acciones terroristas durante el proceso electoral.Hasta las siete de la maña nana los bomberos no consiguieron retirar el vehículo siniestrado en la M-30, propiedad de El Corte Inglés, que volcó en el centro de la calzada por causas todavía no determinadas por la Policía Municipal. El camión ocupó los carriles centrales del sentido Norte de la autovía, en dirección a la N I. En el accidente no se registra ron daños personales.
Las retenciones no se hicieron esperar. La Policía Municipal montó un dispositivo de emergencia para desbloquear a los vehículos atrapados en la M-30, que fueron evacuados hacia la carretera de Barcelona a través de las vías de servicio de la vía de circunvalación.
Mancha de aceite
Como una mancha de aceite, el atasco se desplazó por el Este hasta la intersección de la N-11 con la avenida de Aragón, en los barrios de Canillejas y Vicálvaro. Por el Sur, dejó una estela de ocho kilómetros de automóviles retenidos, que llegó a la plaza de Legazpi. La congestión se reflejó también en el área de las Rondas (Joaquín Costa-Francisco Silvela-Doctor Esquerdo). Según el Gabinete Municipal de Información de Tráfico, se produjeron algunas colisiones por alcance en la carretera de Barcelona.
El índice de saturación de la circulación rodada alcanzó a las ocho de la mañana de ayer el 76%. Esta magnitud, calculada por los ordenadores municipales, representa el porcentaje de vehículos que en un momento de su recorrido pueden encontrarse detenidos dentro del área centralizada de la ciudad (la zona interior del arco descrito por la M-30). La fluidez del tráfico fue algo inferior a la del martes, que alcanzó un índice del 72%.
Tan sólo en el Puente de los Franceses se observó también alguna retención, debida a las obras de reparación de la red de distribución de gas en el Paseo de Camoens.
El pernicioso efecto del sol de otoño
El sol de otoño despunta bajo, fulgurante y sin previo aviso. La riada de conductores que fluye temprano hacia Madrid por la carretera de La Coruña se topa con el resplandor del amanecer de octubre.Los expertos municipales de Tráfico han analizado la influencia del astro en la circulación. El fenómeno se verifica entre las 8.00 y las 8.15 horas -sólo en días despejados- con estos síntomas: el conductor levanta el pie del acelerador, baja el parasol y frena bruscamente para no arremeter contra el prójimo.
Lo mismo sucede en la parte opuesta de la ciudad, al doblar la calle de Cartagena hacia el puente de la avenida de América sobre la M30. El Gabinete Municipal de Información de Tráfico ha comprobado que en este punto los vehículos reducen su velocidad de 60 a 30 kilómetros por hora. También hay quien se lleva la mano al rostro en lo alto del paso elevado de la glorieta de Cuatro Caminos.
Los deslumbramientos afectan más a menudo a los conductores que proceden del Norte y Oeste del área metropolitana. Al parecer, van a trabajar más tarde que sus convecinos.
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