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El portero del Atlético Madrileño fallece en accidente de tráfico

Jesús García Pérez, de 23 años de edad y portero del Atlético Madrileño, filial del Atlético de Madrid y que juega en la Segunda División A, murió en Madrid en la madrugada de ayer a causa de un accidente de tráfico a la altura del kilómetro 13,500 de la carretera de circunvalación M-30, cerca del lugar conocido como el puente de la Princesa. "Era el más alegre de todos nosotros y siempre andaba gastándonos broínas", comentó de él Pinto, el capitán del equipo.El coche que conducía García Pérez, a gran velocidad en opinión de diversos testigos presenciales, chocó contra la parte trasera de un camión, según la Policía Municipal. Su muerte se produjo en el acto. Su cadáver tuvo que ser rescatado por los bomberos, que debieron utilizar sopletes para cortar la carrocería debido a que había quedado empotrado entre los restos del vehículo. Anoche se celebró una misa por él en el tanatorio madrileño y su entierro se efectuará hoy a las nueve de la mañana en el cementerio Sur. El conductor del camión tan sólo sufrió heridas leves, de las que fue asistido en el hospital Doce de Octubre.

García Pérez había ingresado en el Atlético en 1983 tras jugar en el San Cristóbal -su barrio, en el que era muy apreciado- durante las temporadas 1980-1981, 1981-1982 y 1982-1983. Del juvenil del Madrileño pasó al Avila y en la de 1986-1987 regresó al filial rojiblanco, en el que pugnaba por la titularidad con Diego después de que en la campaña pasada se hubiese preparado incluso a las órdenes del técnico del primer conjunto, José María Maguregui, en el preámbulo liguero.

"El más alegre"

Yosu Ortuondo, el preparador del Madrileño, expuso a su plantilla la posibilidad de que su partido de hoy con la Real Sociedad, de la Copa del Rey, se pospusiera 24 horas por el fallecimiento de García Pérez. Los jugadores se reunieron y decidieron renunciar a ella porque, en palabras de Pinto, "el mejor homenaje será jugar, hacer un gran fútbol y, a poder ser, vencer al cuadro donostiarra". "Le echaremos mucho de menos", advirtió Pinto, "porque era el más alegre de todos nosotros. En las concentraciones, por ejemplo, siempre andaba gastándonos bromas".

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