China cumple 40 años bajo el signo de la inestabilidad

China celebra con sordina el 40º aniversario de la fundación de la República Popular en un clima de palpable inestabilidad política y de incierto futuro. Muchos de los habitantes de Pekín se quedarán hoy en sus casas siguiendo por televisión los diversos festejos que tendrán lugar durante todo el día por el temor a posibles sabotajes o sencillamente para expresar de modo callado su protesta por lo ocurrido el pasado mes de junio.

El primer ministro, Li Peng, dijo ayer en una recepción en el Palacio del Pueblo, a la que asistió todo el cuerpo diplomático que los sucesos de esta primavera representaron una seria prueba para el partido y el Estado. "Ganamos una gran victoria y salvaguardamos los logros obtenidos en cuatro décadas de desarrollo socialista y una década de reforma y apertura", afirmó el primer ministro en un largo discurso de tono moderado, donde se volvió a subrayar que China continuará el camino seguido hasta ahora, pero acometiendo algunas rectificaciones.Toda la plana mayor del país, a excepción de su máximo dirigente, Deng Xiaoping, estuvo presente ayer por la tarde en el banquete oficial celebrado en una inmensa sala del Palacio del Pueblo, con motivo de la fiesta nacional. Se desconocen las razones de la ausencia del anciano líder, aunque los observadores extranjeros no dieron demasiada importancia al hecho. Los embajadores de la Comunidad Europea acudieron a la cena, aunque no se quedaron a la función artística que tuvo lugar más tarde. Tampoco faltó el embajadores de Estados Unidos.

El jefe de la resistencia camboyana, príncipe Norodom Sihanuk, entró en la sala en primer lugar, acompañado de Li Peng, del presidente de la República, Yang Shangkun, y del secretario general del partido comunista, Jiang Zemin, y fue colocado en la mesa principal, a la que también se sentó el vicepresidente, del Consejo de Estado de la República Democrática Alemana, Egon Krenz.

En otra mesa se encontraba el ex secretario de Estado norteamericano Alexander Haig, que se encuentra en Pekín para pronunciar una conferencia, y que fue invitado a la cena.

Li Peng hizo ayer una leve referencia al destituido secretario general del partido Zhao Zlyang, a quien acusó de cometer "el serio error de apoyar la rebelión y de dividir al partido", El primer ministro reiteró la necesidad de reforzar la educación política para alejar el peligro de la liberalización burguesa y acentuar el control de partido.

Sanciones y entusiasmo

Li dijo también que el. principal objetivo es mejorar la política de reforma y de apertura económica que fue consagrada en el congreso de hace dos años, pero acometiendo una serie de rectificaciones que pueden durar tres o más años. Las palabras del primer ministro chino no difieren de los discursos que se vienen escuchando en China desde los sucesos de junio. A su vez, Jiang Zemin, expresó la misma idea en otra intervención realizada el viernes.

"Las sanciones económicas impuestas por algunos países occidentales a China reportarán temporales dificultades, pero también estimularán incluso un mayor entusiasmo del pueblo chino para confiar en sí mismo. Los que aplican esas sanciones sufrirán las consecuencias", manifestó ayer Li Peng.

Las Fiestas del 40 aniversario no despiertan gran interés entre el pueblo chino todavía no repuesto de la sangrienta represión de hace tres meses. Muchos habitantes de Pekín no saldrán hoy de casa por temor a que puedan ocurrir incidentes aislados o para expresar repulsa al Gobierno. "No tengo muchas ganas de festejos. Además, tengo miedo a que pueda. ocurrir algo. Me quedaré en casa", manifestó ayer una estudiante recién licenciada. Tiananmen será el escenario del festival folclórico que se celebrará esta tarde y que concluirá con fuegos artificiales.

Los últimos días han sido fuentes de rumores sobre robos de explosivos. El Gobierno ha estrechado las medidas de vigilancia y realiza desde hace semenas pesquisas en busca de armas.