Adam Schaff: "Nunca me dejo manipular"
El teórico del socialismo vuelve al partido comunista polaco tras cinco años de expulsión
El profesor polaco Adam Schaff no se sorprendió cuando el partido comunista de su país expresó la semana pasada su deseo de devolverle el carné que le había sido retirado en 1984. "Hacía año y medio que me habían ofrecido la posibilidad de volver al partido y olvidar esa vieja historia de mi expulsión", explicó a este diario el veterano militante comunista a su paso por Madrid. "Pero yo impuse para mi vuelta unas condiciones bastante duras; ahora que el partido las ha cumplido voy a aceptar su oferta de reintegrarme a sus filas".
Cuando en 1984 Schaff fue expulsado del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP) tras la publicación en Occidente de su libro El comunismo en la encrucijada, el anciano profesor prometió que nunca volvería a sus Filas mientras no le pidieran perdón. "No se trata de una cuestión personal", afirma en Madrid, donde asiste a unas jornadas sobre el futuro del socialismo organizadas por la Fundación Sistema."Soy un viejo elemento del partido; cuando me expulsaron contaba con más de 54 años de militancia, durante los que desempeñé un papel muy activo en cuestiones ideológicas. Para mí, el asunto de 1984 no sólo fue el fruto de una batalla ideológica, sino la actuación de una mafia, que existía y sigue existiendo, dentro del partido que quería hacerse con las riendas del poder frente al general Wojecieh JaruzeIski".
Y puesto que ello fue utilizado de forma propagandística, incluso en el exterior, para atacar a los intelectuales -porque no fui el único-, consideré que no bastaba con que el partido hiciera borrón y cuenta nueva tácitamente, sino que debía deshacer el entuerto y reconocer su error", añade el profesor.
Schaff impuso tres condiciones al POUP para reintegrarse a sus filas: que, "de forma apropiada", en la primera página del periódico del partido, Trybuna Ludu, se reconociera que habían sido injustos con él; que se condenara a los responsables de su expulsión, y que se le presentaran excusas. "Eran unas condiciones muy duras", reconoce Schaff. "Hasta ahora, este tipo de rehabilitación en los países del Este sólo se había dado de forma póstuma", añade.
Fuerzas reformistas
Tras muchos titubeos, el POUP accedió a sus exigencias. Para Schaff, la razón de que el hecho se produjera ahora se debe no sólo "a la difícil situación en la que se halla el partido tras su derrota en las pasadas elecciones y el proceso de desintegración y crisis interior que está padeciendo", sino "al creciente poder de las fuerzas reformistas existentes en su interior".Schaff considera que el partido comunista polaco no debe desaparecer, sino afrontar una transformación que lo convierta "en el nuevo partido de izquierdas" que resulta necesario en la vida de cada país europeo.
En su opinión, este proceso de reestructuración debe encaminarse hacia un tipo de "socialismo ligado al pluralismo, la democracia y la libertad".
Schaff se considera plenamente satisfecho por la reparación efectuada por su partido y va a aceptar su oferta "con gusto". Es optimista respecto a su capacidad de maniobra para empujar al partido a que abandone la falsa ideología" que le ha arrastrado a su actual crisis. ¿Podrá actuar con libertad dentro del POUP? "Todo depende de mí", afirma con seguridad. Y agrega: "La acción del hombre sólo depende del hombre".
¿No tiene miedo de que su regreso sea manipulado por los dirigentes del POUP con vistas al congreso previsto para finales de este año? El profesor no duda de sus fuerzas: "Yo nunca me dejo manipular por nadie", dice.
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