_
_
_
_
UNA VISITA HISTÓRICA

Avionetas y retrasos

J. V. / I. C.Los altos funcionarios marroquíes no daban crédito. Poco antes de que el rey Hassan II depositara una corona de flores en la plaza de la Lealtad a los que dieron su vida por España, una avioneta sobrevolaba el centro de Madrid arrastrando una pancarta donde se leía: "Desaparecidos saharauis, ¿dónde están?". "Cómo es posible que las autoridades españolas consientan una cosa semejante. Es como si nosotros dejáramos sacar pancartas reclamando Ceuta y Melilla en una visita a Marruecos del rey Juan Carlos", decía un director general marroquí.

La avioneta y la pancarta culminaban el asombro de los funcionarios y periodistas marroquíes desplazados estos días a Madrid. El domingo y el lunes, los marroquíes habían encontrado "groseros" y hasta "racistas" algunos chistes, titulares y editoriales periodísticos en los que se calificaba a Hassan II de "rey moro" y se le presentaba con un alfanje en la boca y cosas semejantes. "Todo esto", decía el hispanista Mustafá Isnasni, "expresa los peores aspectos del subconsciente español respecto al árabe. El moro sigue siendo para muchos españoles un tipo sucio y traidor. Nosotros no tenemos una visión tan peyorativa de nuestros vecinos del Norte".

Más información
FeIipe González y Hassan II acuerdan verse cada año

Los retrasos de Hassan II no están contribuyendo a mejorar su imagen. "¿Es que este señor tiene un reloj de arena?", bromeaba ayer un curioso en la plaza de la Lealtad. El rey de Marruecos llegó allí 62 minutos después de la hora prevista, que eran las 12.30. El retraso de una hora se mantuvo en el siguiente acto de la mañana, la visita al Ayuntamiento de Madrid. Sólo la estatua en bronce de Álvaro de Bazán permanecía imperturbable bajo el sol. Los lanceros a caballo de la Policía Municipal intentaban parecerlo, pero no lo conseguían.

El acto en el Ayuntamiento, situado cerca de las antiguas murallas árabes de Madrid, como subrayó el alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, encantó a Hassan II.

Rodríguez Sahagún recordó en su discurso que las palabras alcalde y Madrid son de raíz árabe, y que la capital de España "tiene su origen en el alcázar amurallado de Mohamed I, tercer emir independiente de Córdoba". Al final, en presencia de todos los grupos municipales, el alcalde entregó al rey las Raves de oro de Madrid.

Hassan II, vestido con un traje occidental de color gris marengo, contestó en francés, con traducción simultánea al castellano de la hispanista marroquí Aziza Bennani. El rey elogió los grandes cambios de Madrid, y añadió: "La visita de mi hermano el rey Juan Carlos a Marruecos en 1979 entreabrió la puerta de la amistad entre ambos países. Con esta llave que usted me entrega abriremos por completo la puerta. Pero una vez abierta, voy a esconder la llave, para que nadie pueda volver a cerrarla".

La princesa Lala Hasna no acompañó a su padre en los actos protocolarios de la mañana de ayer. En unión de doña Soíla, la princesa marroquí inauguró en el antiguo cuartel del Conde Duque una exposición de pintura contemporánea marroquí.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_