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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

La Guardia Civil detiene a 26 presuntos colaboradores de ETA y se incauta de 270 kilos de explosivos

Un total de 26 colaboradores de ETA Militar fueron detenidos ayer en el País Vasco, en una amplia redada iniciada el sábado a las diez de la noche, tras el enfrentamiento registrado en el peaje de la autopista Bilbao-Behovia de Irún en el que perdieron la vida los liberados del comando Araba Juan Oyarbide Aramburu (Txiribitas) y Manuel Urionabarrenetxea Betanzos (Manu). Los detenidos, entre los que se encuentra Juan Arruti Azpitarte (Paterra), el tercer integrante de este grupo, constituyen, al parecer, la prática totalidad de los miembros y colaboradores con que contaba el comando Araba, el más activo es el último año y al que se atribuyen 39 muertes, al tiempo que se han intervenido abundantes zulos y armas.

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La Guardia Civil se ha apoderado de unos 270 kilos de amonal y de otros explosivos; de 15 armas largas, entre subfusiles, metralletas, y rifles; de decenas de granadas, pistolas, revólveres y chalecos antibalas; de abundante munición; de documentos de identidad y carnés de conducir falsos, así como de placas del Cuerpo Nacional de Policía falsificadas y, de material para la elaboración de bombas. Entre los detenidos se encuentran tres jóvenes integrantes de un comando legal armado, es decir, no fichado por la policía, que actuaba en apoyo del grupo de liberados.El director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, manifestó ayer a mediodía en San Sebastián, en una conferencia de prensa, que Manuel Urionabarrenetxea (Manu), Juan Arrutia Azpitarte (Paterra) y Juan Oyarbide Aramburu (Txiribitas) han participado durante su larga trayectoria delictiva, iniciada hace 11 años, en un total de 39 asesinatos. Durante la operación, que, según Luis Roldán, continuaba abierta ayer, la Guardia Civil ha descubierto en Vizcaya un zulo en el que el comando almácenaba la mayor parte de los explosivos: 225 kilos de amonál. También registró, en una acción simultánea durante la noche, un total de 15 viviendas: cuatro en Guipúzcoa, siete en Álava y otras cuatro en Vizcaya.

Roldán se negó a evaluar el alcance de la acción policial, pero no parece aventurado deducir que ETA militar puede haber perdido con este golpe una buena parte de la estructura que mantiene en el País Vasco. Por los datos de los que se.dispone, no parece, sin embargo, que la redada de ayer haya alcanzado a las infraestructuras de los comandos de liberados que operan en Gupúzcoa, Vizcaya y Navarra, de acuerdo con un sistema de organizaciones estancas que evita precisamente caídas en cadena.

Operación abierta

No obstante, cualificadas fuentes de la lucha antiterrorista no descartaban que se produjeran nuevas detenciones y descubrimientos de infraestructura en Vizcaya, donde la celeridad con que se transmitió la noticia de la caída del comando evitó que tuviera aún mayor éxito la operación.

Las fuentes informantes manifestaban su reticencia a declarar totalmente desarticulado el comando Araba, pero sí señalaban la importancia do que todos sus integrantes operativos hayan caído, así como una abundante infraestructura de apoyo humana y material.

En este sentido, fuentes de la lucha antiterrorista consideraban que aunque es importante la caída de estos tres históricos de ETA, aún lo es más haber inutilizado esa red de apoyo laboriosamente creada y que cada vez le resulta más difícil rehacer a la organización terrorista. Estas fuentes señalaron que, al no haberse descubierto la infraestructura del comando Madrid, éste ha podido ser desarticulado tres veces y reconstituido otras tantas.

Factores clave en el éxito de esta operación han sido la detención en Vitoria el pasado 21 de agosto del presunto colaborador del comando Araba Teodoro Julián Mariscal y el seguimiento de los movimientos del condúctor del camión, José Antonio Múgica Huici, cuya vinculación con ETA había sido advertida. De la operaciónen la que fue detenido Mariscal, herido en el tiroteo, lograron escapar Manu y Txiribitas.

Fuentes de la Guardia Civil manifestaron que conocían el deseo de los integrantes del comando Araba de huir a Francia ante este acoso policial. Una serie de indicios e informaciones concretaron la sospecha de que abandonarían el país la noche del sábado,en el camión de Múgica Huici.

Roldán confirmó ayer que el comando de liberados se disponía a huir a Francia tras haber constatado que los servicios de información estaban sobre su pista.

Los detenidos en Áláva son Iñaki Fernández de Larrinoa, Miriam Gotzone López de Lazurraga, Carlos Torrecilla, María Lurdes Aguilar, José Ángel Vigari, María Pardo, Pedro Etxeberría, Aurora de las Heras, Alejandro Roz, María del Carmen Enetane, Julen Femández y Jesús Carmelo. En Vizcaya han sido detenidos José Carlos Fachal, Jesús María Uriarte, Santiago Iván Alberdi y María Lucía Larrazábal. La relación de detenidos se completa con José Ignacio Iturri, María Asunción Bengoa, Aranzatu Recidalde García, Juan María Narváez, Milagros Bolinaga y Rafael Etxabe, detenidos en distintos puntos de la provincia de Guipúzcoa.

Fuentes de la Guardia Civil descartaron que miembros del comando Araba hubieran, intervenido en el reciente asesinato de la fiscal de la Audiencia Nacional Carmen Tagle.

Dilatado historial

Los tres integrantes de este comando tienen un dilatado historial delictivo en sus 11 años de activismo, que suma más de 39 asesinatos. Paterra inició su particular curriculum terrorista en 1978, con el asesinato del jefe de personal de la empresa Michelín Jesús Casanova, y tuvo su última y acción conocida en el enfrentamiento con dos miembros del servicio de información de la Guardia Civil en Vitoria el pasado 21 de agosto. Intervino en el secuestro de Francisco Limousin y en los asesinatos del socialista Germán González y del ucedista Jaime Arrese.

Por su parte, Manu se inició en la actividad terrorista en 1978 con el asesinato del guardia civil Alberto Villena, el pasado 27 de junio atentó contra el cuartel de Llodio. Entre sus acciones figuran los asesinatos del general retirado Luis Azcárraga, del taxista Pablo Caraza, del paisano Cándido Acuña en Rentería y de diversos policías y guardias civiles.

Txiribita inició su andadura delictiva en 1979 con el ametrallamiento del cuartel de la Guardia Civil de Andoáin, que ocasionó la muerte a un agente y heridas a un teniente.

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