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LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO

"Evitar polémicas"

El director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, rehusó ayer dar detalles del tiroteo entre los miembros del comando Araba y agentes del instituto armado, que se saldó con la muerte de dos etarras y tres agentes heridos. Roldán aseguró que con este hermetismo, que tuvo su precedente que se impidió acceder al lugar de los hechos. a los informadores hasta tres horas después del enfrentamiento, pre tende "evitar polémicas".Según las distintas versiones recabadas, los hechos sucedieron del siguiente modo: En tomo a las diez de la noche del sábado se detuvo en el control de peaje de Irán de la autopista: Bilbao-Behobia el camión trailer DAF con matrícula M-0618-HB que conducía José Antonio Múgica Huíci. Este transportista de Pasaia (Guipúzcoa), que trabaja como autónomo para la empresa Transportes Vega, según cualificadas fuentes de la lucha antiterrorista, era objeto de una discreta vigilancia en los últimos días y se conocía su vinculación con ETA.

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Según estas fuentes, los últimos indicios de que en su camión intentaría huir el comando Araba hacia Francia se tuvieron en la tarde del sábado, y a partir de ahí se montó el dispositivo policial.

Alrededor de una veintena de guardias civiles de paisano aguardaban la llegada del camión. Ocultos en un hueco situado entre la carga y la parte delantera del trailer viajaba Juan María Oyarbide, Txiribita, y en otro hueco situado entre la parte superior de la carga y la lona viajaban los etarras Juan Carlos Arruti, Paterra, y Manuel Urionabarrenetxea, Manu. En la cabina, junto al conductor, viajaba el presunto legal (no fichado) Manuel González Arribas.

Lanzamiento de granadas

Según el relato oficial, los guardias civiles que se disponían a registrar el camión fueron recibidos con el lanzamiento de una granada y disparos de subfusil por los activistas que se ocultaban bajo las lonas del vehículo. Dos agentes resultaron heridos de poca consideración por el estallido de la granada y un tercero fue superficialmente alcanzado en la sien por una de las balas. Éste último, hospitalizado en la clínica del Pilar de San Sebastián, no reviste gravedad.

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El ataque fue repelido inmediatamente por los efectivos de la Guardia Civil, cuyos disparos causaron la muerte a Oyarbide y Urionabarrenetxea. Oyarbide, que lanzó una primera granada, quedó irreconocible por el estallido, en sus propias manos de una segunda granada a la que había, quitado el seguro. Urionabarrenetxea murió también de forma instantánea alcanzado por varios impactos. Arruti, el chófer y González Rodiíguez fueron detenidos sin ofrecer resistencia. Fuentes de la Guardia Civil comentaron que a Oyarbide no se le dio tiempo a lanzar la segunda granada.

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