La quiebra de la Mutua Popular, declarada fraudulenta

El Juzgado número 4 de Bilbao ha declarado "fraudulenta" la quiebra de la Mutua Popular del Automóvil, cuyas deudas ascienden a cerca de 1.200 millones de pesetas y que en el momento de la disolución en 1986 contaba con unos 30.000 mutualistas.La sentencia considera que si bien la contabilidad de la mutua aseguradora reflejaba en 1985 "un deterioro patrimonial", no lo hacía "en la magnitud que alcanzaba", lo cual "nos lleva al convencimiento de que la verdadera situación de la quebrada no podía deducirse de su contabilidad. "La cobertura del desequilibrio patrimonial", agrega la sentencia, "se pretendió cubrir con derramas a los mutualistas, lo que era una quimera sin otro objetivo que el falsear la realidad contable".

Asimismo, en la época final de la mutua y en situación de "franca bancarrota", no se aumentaron las primas, sino que se redujeron imputando una parte de ellas a las pretendidas derramas, por lo que los ingresos reales de la entidad no aumentaban. Estos datos -añade el juez- no tenían fiel reflejo en las partidas contables asentadas en los libros.