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El "interés nacional" justifica, para la Administración, el ocultamiento de la neumonía en el vacuno

El director general de producción en industrias agroalimentarias de la Junta de Castilla y León, Pedro Llorente, confirmó ayer que había "intentado ocultar hasta última hora el brote epidémico de perineumonía bovina declarado en 1985 en Segovia", y afirmó que volvería a actuar de la misma manera. "El interés nacional, el comercio exterior y la imagen de la sanidad animal de nuestro país lo justificaban plenamente". Jan Janssen, jefe de la División de Sanidad Animal de la Comunidad Europea, pidió ayer información urgente al Gobierno español sobre la epidemia y el desvío al consumo humano de la carne de 4.408 vacas enfermas.

Pedro Llorente justificó el enmascaramiento durante cuatro años del brote epidémico detectado en la localidad segoviana de Navas de San Antonio en virtud de las negociaciones sobre sanidad animal que mantenían las autoridades españolas con la CE para eliminar barreras comerciales. La actitud del Ministerio de Agricultura y la Junta de Castilla y León permitió que la carne de las vacas -enfermas oficialmente de tuberculosis- se comercializase sin dificultad, a pesar de que las reses con perineumonía deben ser incineradas. Durante cuatro años se sacrificaron 4.408 reses en mataderos de Castilla y León, Madrid, Toledo, Bilbao y Orense. De ellas, 1.604 dieron positivo en la prueba de la perineumonía, según Llorente."Los responsables de la Administración central nos conminaron a encubrir el tema con los argumentos mencionados, unido el hecho de que no hubiera riesgo para la salud de las personas. A mí me convencieron", dice Llorente. Fuentes del ministerio de Sanidad y Consumo confirmaron ayer, que el consumo de este tipo de carne, a sus derivados como la leche, no implica riesgo para la salud humana, pero "como es obvio se trata de un fraude al consumidor porque venden la carne a un precio de buena calidad cuando no la tiene. Y el que no afecte a la vida humana no quiere decir que no se daba sanear la cabaña nacional".

Contagio

"El problema", añadió Llorente", es que la solución final ha llegado cuatro años después de detectarse la infección. Durante todo este tiempo, el riesgo de que la epidemia se extendiera ha sido muy grande".

De hecho, en el mes de febrero de este año, mientras que Navas de San Antonio estaba cerrada al tráfico de ganado vacuno y sus cuadras vacías, se detectó otro foco de perineumonía bovina en la localidad de Ituero y Lama, cuyo término es colindante con el de Navas, ambos en la provincia de Segovía. Según ha señalado el alcalde de Ituero, Fernando Garcinuño Martín, fueron sacrificadas alrededor de 60 reses propiedad de cuatro o cinco ganaderos del pueblo. Como en el caso de Navas de San Antonio, la epidemia tampoco fue declarada y se enmascaró como tuberculosis, aunque la Junta actuó con rapidez y ordenó el inmediato sacrificio de las reses.

Por su parte, los ganaderos de Navas de San Antonio cuyas fincas son colindantes con la denominada Campozálvaro no entienden cómo a ellos sí les han sacrificado el ganado y, por el contrario, la ganadería de esa finca -propiedad del conde de Mayalde y situada en los términos de Navas de San Antonio y El Espinar- ha permanecido intacta. Es habitual que el ganado salte las alambradas que separan unas fincas de otras y se produzcan contagios.

Para Antonio Vázquez Aparicio, presidente del Colegio Oficial de Veterinarios de Segovía, la Administración ha obrado bien aunque no con rapidez por falta de medios económicos para indemnizar a los ganaderos. Vázquez atribuye al retraso en el pago de las indemnizaciones el que algunos ganaderos estuvieran reacios y tardaran tiempo en sacrificar las reses, incluso las escondieran.

El presidente del Colegio de Veterinarios de Segovia, que era veterinario titular de Navas de San Antonio cuando apareció por primera vez el foco de perineumonía, dice que si la Administración hubiera declarado oficialmente la epidemia, los resultados habrían sido los mismos. "De esta forma no se han dado oídos al pregonero", matiza Vázquez, refiriéndose a la Comunidad Europea. "La perineumonía existe en Europa", añade, "y no nos enteramos porque, quizá con más medios, los Gobiernos adoptan medidas drásticas. De esta forma consiguen mantenerse libres las barreras comerciales".

Casos distintos

Llorente afirmó que los tres brotes de perineumonía bovina registrados en tres granjas de Palencia "es un caso diferente, ya que lo hemos buscado expresamente y se ha erradicado en tres días. Si se actuara en el resto de España como lo hemos hecho en esta ocasión, nos llevaríamos más de una sorpresa". Según el presidente de la Diputación de Palencia, Jesús Maflueco, el brote está extinguido. Para ello ha sido necesario sacrificar 700 reses.

El responsable de las industrias agroalimentarias de Castilla y León teme que las autoridades comunitarias decreten el cierre comercial de las fronteras, aunque no dispone de todos los datos necesarios para asegurarlo. La primera reacción de las autoridades sanitarias de la CE se produjo ayer, al solicitar al Gobierno español un informe sobre el foco infeccioso. Pedro Llorente calificó de "exageradas" las reacciones de la Unión de Consumidores de Castilla y León, que anunció ayer la posibilidad de invitar a los ciudadanos a que no compren carne durante una. semana. Por su parte, la Unión de Campesinos de León ha exigido la dimisión de Pedro Llorente. Este ha asegurado que "es posible que ruede mi cabeza, pero eso no me preocupa. Así podré empezar a descansar".

Por otra parte, el consejero de Agricultura de Extremadura, Francisco Amarillo, ha dicho que "ni los ganaderos ni los mataderos extremeños han transgredido la ley", respondiendo así a las declaraciones efectuadas días pasados por el parlamentario regional del PP Isidoro Hernández Sito, quien denunció que 35.000 vacas tuberculosas sacrificadas en Extremadura, en mataderos que carecen de las instalaciones precisas, fueron desviadas para el consumo humano, informa Pedro Jara desde Cáceres.

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