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Nómadas del siglo XX

Desde el pasado día 24 de junio hasta ayer, 47 personas de nacionalidades portuguesa y marroquí han perdido la vida en su éxodo veraniego en las carreteras españolas. El pasado año, una vez concluida la operación retorno, el día 3 de septiembre, este número se incrementó en 20 personas más, hasta contabilizar 67 fallecidos.Unos 136.000 vehículos de súbditos marroquíes y cerca de 82.000 de nacionalidad portuguesa -más de un millón de personas- han utilizado este verano las ocho áreas de descanso españolas, situadas en Oyarzun (Guipúzcoa), Briviesca (Burgos), Torquemada (Palencia), Tordesillas (Valladolid), Santa Cristina (Zamora), La Cabrera (Madrid), Valdepeñas (Ciudad Real) y Villafranca (Córdoba).

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La cifra es similar a la del pasado año en las mismas fechas. Estos vehículos, con una ocupación media de cinco personas, en su mayoría niños de corta edad, acceden a España de forma habitual por las fronteras de Irún y La Junquera. Los automóviles, con varios años de antigüedad, sufren a menudo averías mecánicas después de recorrer centenares de kilómetros. Las áreas de descanso están atendidas por miembros de la Dirección General de Tráfico (DGT) y en algunos casos por funcionarios portugueses e intérpretes de árabe. En varias áreas se facilita a los marroquíes la compra de billetes para los transbordadores que realizan su servicio en el estrecho de Gibraltar. Marroquíes y portugueses han sufrido en esta ocasión, en los últimos tres meses, alrededor de 400 accidentes, con 144 heridos graves y 340 leves.

El pasado año, el número de siniestros fue inferior, con 259 colisiones. La DGT considera que los accidentes de circulación en ambos colectivos se deben "siempre" a la elevada velocidad de los vehículos, la invasión de la parte izquierda de la calzada, la distracción y somnolencia del conductor y los adelantamientos antirreglamentarios; un conjunto de factores negativos que se repiten todos los años en las mismas fechas y que obligó hace nueve años a la DGT a tomar medidas para frenar la siniestralidad. La DGT comprobó entonces que un porcentaje "altísimo" de estos conductores, que casi alcanzaba el 100%, realizaba jornadas de conducción excesivamente largas, sin paradas en el territorio español. La mayoría viajan en caravana, en compañía de otros vehículos.

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