Un consejero del Gobierno cántabro presiona a Hormaechea para que destituya a su hermano
El consejero de Sanidad de Cantabria, Ricardo Conde Yagüe, dirigió una carta a principios de mes al presidente del Ejecutivo regional, Juan Hormaechea, en la que amenaza con dimitir si no es destituido el director regional, hermano de Hormaechea, y se anula el proyecto de inversión de 1.000 millones para convertir el hospital de Liencres, próximo a la capital, en un centro de cirugía estética.Enrique Hormaechea contaba ya con la concesión de un importante crédito obtenido del Gobierno de Baviera. El consejero de Sanidad, por su parte, considera disparatada la inversión. Todas las informaciones aseguran que el presidente del Ejecutivo cántabro está dispuesto a afrontar la destitución de su hermano, quien en octubre próximo renunciaría a su cargo.
Ricardo Conde tomó posesión de la consejería hace seis meses, tras abandonar su militancia en el partido regionalista, del que era diputado. Su transfuguismo suscitó muy ásperos comentarios periodísticos y el asombro de ciertos sectores de la sociedad cántabra, sobre todo teniendo en cuenta que desde su escaño regionalista Conde había sido un crítico impacable de la política sanitaria concebida por la diputación cántabra. Con su voto y el del diputado Esteban Solana, que mucho antes había abandonado el mismo partido, aunque conservando su escaño, la mayoría pasó a ser de 21 diputados frente a 19 de la oposición, integrada por socialistas, centristas y regionalistas.
El presidente Hormaechea pretendería asegurarse, con vistas al resto de la legislatura, la gobernabilidad de la Asamblea en detrimento de su hermano, condenado inevitablemente a renunciar a su cargo.
El doctor Segundo López Vélez, asesor del presidente en cuestiones sanitarias, dirigió, hace unos 15 días, una carta a Juan Hormaechea comunicándole su dimisión irrevocable.
A diferencia de los demás asesores del presidente, López Vélez no recibía retribución alguna ni tampoco reclamó compensación política. Según López Vélez, su aceptación del cargo obedeció al exclusivo deseo de actuar con independencia y autoridad en las negociaciones entabladas con el Insalud para definir el futuro del hospital de Valdecilla.
