El coche egoísta

Quisiera hacer algunas puntualizaciones sobre su editorial titulado El coche fúnebre. RefiriéndosePasa a la página siguiente

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al coche, dice que "surgió como un bien de confort", pero el coche, a diferencia de otros inventos del siglo como el televisor o el ordenador personal, es un bien de elite; es decir, es un bien únicamente cuando poca gente lo tiene. Al generalizarse se convierte en una lacra y hoy en día es uno de los elementos que más contribuyen al deterioro de la calidad de vida.

Y más adelante esgrime el argumento de siempre: `El proble ma consiste en que el número de automóviles en circulación crece más rápidamente que la red via ria destinada a soportar su tráfico". La realidad es otra: incre mentar la red viaria induce a la gente a utilizar aún más el coche, y así empieza un espiral absurdo que termina convirtiendo el paísen carretera. Si alguien lo duda, no basta más que ir a Los Ángeles, que parece más una autopista que una ciudad y donde existe un embotellamiento constante.La solución del problema es crear una red de transportes públicos urbanos e interurbanos de alta calidad y de precio accesible para que la gente deje de ir por todas partes en coche. Sin embargo, entre el poder político de los grupos de presión que son las compañías de petróleo y los fabricantes de coches, la pusilanimidad de las administraciones públicas frente a ellos y la falta total de imaginación a la hora de encontrar soluciones alternativas, sumados al egoísmo básico del ser humano, que en estos últimos años del siglo ha encontrado en el coche su máxima expresión, dicha solución parece más bien utópica- Richard Jacques.