Luis Roldán: "ETA busca en el asesinato la solucion a sus problemas"
El director general de la Guardia Civil asegura que no hay posibilidad de diálogo con los terroristas
Luis Roldán, director general de la Guardia Civil, tiene el mando directo de los 66.000 agentes del instituto armado. Roldán eludió pronunciarse en esta entrevista, concedida en los últimos días de julio, sobre los recientes contactos que mantuvo con dirigentes de Herri Batasuna. Niega toda posibilidad de diálogo con ETA y asegura que especular sobre ello es "hacer el juego a quien cerró la mesa de Argel". Roldán considera que ha quedado patente la intolerancia de "ese grupo de fanáticos que busca en el asesinato resolver los problemas entre las instituciones del Estado".
Pregunta. ¿Quién necesita más una salida dialogada, ETA o el Gobierno? Respuesta. No sé si la salida debe ser dialogada o no. El tema no es la salida en sí. Eso es el medio para conseguir un fin. Lo que necesita la sociedad española, y particularmente la vasca, es el fin de la violencia. Lo otro, salida negociada, salida policial o salida política, son términos que se pueden emplear para justificar o explicar los medios de los que se deben valer las instituciones democráticas para conseguir un bien necesario para la sociedad española, y la vasca en particular, que es el fin de la violencia. Esto es un deseo mayoritario de los españoles, y, dentro de ellos, de los vascos.
P. ¿Quién salió más quemado de la mesa de Argel?
R. Los partidos políticos ya se han manifestado al respecto. Lo que hay que hacer es recoger lo que esos partidos y la sociedad española han dicho: que si cabía alguna duda, que para mí no la había, ya ha quedado patente la intolerancia de un grupo de fanáticos que busca en el asesinato resolver los problemas de relación que se dan entre las distintas instituciones del Estado. Y esto, en un Estado democrático como es España, es absurdo, imposible de justificar.
Interlocutor y diálogo
P. ¿La falta actualmente de un líder indiscutido en ET A como era Txornin Iturbe priva a esta organización de un eventual interlocutor y de un cerebro político que pudiera cuestionar o reconducir la acción armada? R. Para que hubiera un interlocutor tendría que haber posibilidad de diálogo, cosa que en estos momentos no hay ninguna. No cabe duda de que el número de miembros de la banda terrorista puestos a disposición de las justicias española o francesa, o alejados fisicamente de España, y la muerte de otros, suponen necesariamente un empobrecimiento de ETA. La continua pérdida de personas con responsabilidad en ETA genera el acceso de otros, pero con un empobrecimiento en todos los sentidos.
P. ¿Con ETA sólo se puede negociar la entrega de las armas o caben otros puntos de discusión?
R. Insisto en que en estos momentos no se plantea la problemática de las negociaciones, perdón, de diálogo, porque lo que hubo en Argel fue diálogo, como reconoció la propia ETA. Cerrada esa puerta por su actitud, creo que entrar ahora a especular si puede haber negociación o no con ETA es hacerle el juego a la organización, hacerle el juego a los que no quisieron el diálogo en un momento determinado. Ésa es una puerta que ellos cerraron.
P. ¿Cuál es la situación actual de ETA en cuanto a finanzas, infraestructura, etcétera?
R. No quiero hacer valoraciones porque si la hago negativa podría tener consecuencias no buenas. Cualquier valoración que se haga de una organización como ETA, aun siendo real, puede tentarle a desmentirla usando la violencia.
P. Parece que asistimos a una lucha entre duros y moderados en el seno de Herri Batasuna.
R. Es un complejo político heterogéneo en cuanto a extracción social e ideas. Eso nadie lo duda. Conviven el señor que va a misa cada día con el señor que es marxista-leninista. Ésta es la razón por la que no acuden a las instituciones, porque en ellas hay que hacer planteamientos políticos y tomar posiciones ante problemas concretos. Si tomaran una posición política, esa heterogeneidad quedaría más de manifiesto y se producirían fricciones. Mientras sólo hablen de términos grandiloclientes como liberación nacional soberanía nacional, patria o Euskadi, todos pueden estar de acuerdo. Pero, evidentemente eluden plantear soluciones a problemas concretos de la sociedad. En la situación actual puede estar en quiebra. No quiero hacer análisis de si HB se rompe o no. Seguramente están de acuerdo con lo que digo, pero no lo van a decir.
P. ¿Las casas cuartel son ratoneras en caso de atentado? ¿Dificultan la integración social?
R. Lo de las ratoneras... Si mañana a ETA le diera por atentar contra sedes bancarias, también serían ratoneras. No podemos tomar decisiones por cuestiones coyunturales. ¿Integran o no? En los pequeños pueblos solucionan la falta de vivienda en alquiler. Además, al tratarse de una plantilla reducida de hombres, lo lógico es concentrarlos para poder atender cualquier emergencia que se pueda producir. En las grandes ciudades sí soy poco partidario de las grandes instalaciones, aunque hay excepciones inevitables.
Guardia Civil
P. ¿Persiste el estereotipo sobre la Guardia Civil que marcó Tejero? R. Es un estereotipo que existió en 1981, pero que está totalmente superado. Además, yo diferenciaría la irnagen que tiene la Guardia Civil donde tiene su mayor despliegue, en el ámbito rural, y la que dan los medios de comunicación, que no siguen el día a día de su labor, y que provoca que la visión que se tiene de ella en las grandes urbes no se ajuste con la que tienen los ciudadanos que se benefician de sus servicios más directamente. La imagen real es la del ámbito rural.
P. Usted es el primer civil que dirige este instituto armado. ¿En estos tres años de mandato ha imbuido al cuerpo de su espíritu de civil o se ha contagiado usted de su carácter militar?
R. Cuando vine aquí no me planteé imbuirle al cuerpo de mi espíritu civil, ni tampoco estaba dispuesto a que se me imbuyese a su vez el carácter militar. Mi objetivo era mejorar la eficacia y los medios de este instituto en beneficio de los ciudadanos españoles. Con ese fin he tomado todas las decisiones.
P. ¿Habrá que considerar alguna vez la desmilitarización de la Guardia Civil?
R. Creo, personalmente, que no es un tema a considerar ahora. En 1986 se eligió un modelo de seguridad en España basado en una concepción doble: un cuerpo de estructura civil, el Cuerpo Nacional de Policía, y otro, la Guardia Civil, de estructura militar. Es un modelo que, a mi entender, funciona bien y cada vez va funcionando mejor.
P. ¿Qué objetivos esenciales cree haber conseguido ya?
R. Podemos hablar de alguna meta importante como el inicio de una nueva política de enseñanza tanto en relación con el alumno como de los medios disponibles. Se ha pasado de no pedir más que un certificado escolar a exigir el graduado escolar y, en el caso de los oficiales, el COU.
También ha habido avances sustanciales en la gestión de los hombres, aunque todavía hay que adecuar su despliegue en todo el territorio nacional, y de los recursos económicos. Y se han creado nuevas unidades, como los Grupos Rurales de Seguridad (GRS), que son eminentemente móviles, con instrucción y medios, que antes no disponían demasiado. Por otra parte, se ha creado también el Servicio Central de Información, dependiente del director general, y se ha potenciado el servicio fiscal, aunque aún insuficientemente.
Implacable
P. Usted tiene fama de ser implacable tanto en sancionar las irregularidades de los guardias como en exponerlas a la opinión pública. ¿Entienden sus hombres esta política? R. No me preocupo demasiado de si los miembros del instituto juzgan al director en cuanto a su política digamos. .. correctora de las irregularidades que se puedan producir. Es más, creo que eso no debe existir porque eso sería un corporativismo exacerbado. Me ha de preocupar qué pensaría la sociedad española si el director general de la Guardia Civil, siendo conocedor de situaciones irregulares, no fuera capaz ni de poner en marcha mecanismos para ponerlos en evidencla ni de corregirlos.
P. ¿Qué sensación tiene cuando aparece en la prensa el sindicato clandestino de la Guardia Civil?
R. Lo único que me produce es lo que le debe de producir al resto de los españoles. Me produce cierta preocupación que haya una parte pequeña, desde luego más pequeña de lo que aparenta por sus apariciones públicas, que no cumple con su deber de cumplir y hacer cumplir la ley. El problema es más pequeño de lo que ciertas imágenes escandalosas pueden hacer ver. El pasado 4 de junio aparece una pancarta del SUGC (Sindicato Unificado de la Guardia Civil) en el mitin del PSOE de Valencia y quienes la llevan son dos policías nacionales, con nombres y apellidos. En Castellón se detecta también una pancarta de ese sindicato ilegal que llevan dos policías municipales. También se han obsevado pintadas del SUGC realizadas por policías nacionales. Que no digan que vigilamos al Cuerpo Nacional de Policía, sino la observancia de la ley. Creo que todos, los cuerpos de policía y las instituciones, tenemos que velar por el cumplimiento de la ley; el mecanismo para cambiarla es el cuerpo legislativo, no actitudes ilegales.
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