Las reconversiones policiales de Madrid
La reestructuración anunciada por el equipo de centro derecha en el Ayuntamiento de Madrid para mejorar el funcionamiento de la Policía Municipal supondrá, a juicio del autor, insistir en los fallos cometidos por los socialistas.
Una de las razones utilizadas por la coalición de centro-derecha para justificar la moción de censura a Juan Barranco fue la deficiente situación del tráfico y la seguridad ciudadana en Madrid.Muchas de las críticas realizadas en este sentido por el CDS y el PP no hacían sino recoger viejas reivindicaciones sindicales y, al margen de otras consideraciones, hacían esperar cambios importantes y en una dirección adecuada en el terreno de la seguridad pública.
Pero sin dejar de destacar medidas positivas (como la centralización de las subínspecciones para reducir tareas administrativas o la descentralización de la Unidad de Tráfico), lo esencial de la reforma anunciada por el nuevo equipo de gobierno, lejos de significar los cambios estructurales necesarios en el Cuerpo de Policía Municipal, no hacen sino persistir en los errores socialistas.
Y es que poco hay de nuevo en el cambio de nombre de la Unidad de Intervención Inmediata (UII) por el de Unidad de Protección Ciudadana (UPC), en la desaparición de una pequeña unidad como la de Mendicidad o en persistir en el incremento de la plantilla que opera en el distrito Centro.
Por lo que se ve, el problema sigue siendo que ninguno de los partidos municipales se plantea una visión institucional de la policía y de la problemática de la seguridad vial y ciudadana que permita una mínima solución de continuidad y el establecimiento de objetivos a largo plazo. Lo común es dejarse llevar por una política de crítica fácil desde la oposición y por reformas superficiales desde el Gobierno.
Los policías de Madrid ya estamos acostumbrados a este tipo de soluciones que llegan con cada comicio, cambio de concejal o de corporación: al policía de barrio del concejal Barrionuevo se le oponía el policía de manzana de la derecha; en el último cambio socialista se rebautizó a la UPC como Ull, y ahora el CDS le restituye su denominación original. Las reestructuraciones van y vienen, pero los problemas se quedan en el mismo sitio.
Si de verdad se pretende acometer una reforma en profundidad de la Policía Municipal de Madrid, que incida positivamente en la seguridad y en el tráfico, aunque no implique una rentabilidad electoral a corto plazo, medidas corno las siguientes son las necesarias:
- Un incremento planificado de la plantilla de agentes y mandos intermedios, que tenga en cuenta jubilaciones, excedencias, etcétera, y que permita asumir de forma seria y eficaz los servicios en todo Madrid, y no sólo en el distrito Centro.
Coordinación y reformas
- Una coordinación eficaz con el Cuerpo Nacional de Policía que evite la duplicidad de servicios en las intervenciones coincidentes (accidentes de tráfico, incendios, robos, etcétera).
- Potenciar y rejuvenecer las unidades de distrito para convertirlas en la verdadera estructura operativa de la Policía Municipal, asumiendo las funciones de patrullaje móvil y a pie y la regulación del tráfico en horas punta.
- Las unidades centralizadas de seguridad -UPC- deben concebirse como de apoyo a la estructura territorial del cuerpo, y no como el elemento esencial de intervención.
- Acometer la reforma administrativa e informática necesaria para garantizar que se ejecuten las denuncias impuestas por los agentes, especialmente de aquellas infracciones que más inciden en la congestión del tráfico (segunda y tercera fila, sobrepasar intersecciones saturadas, etcétera).
- Dotación de motocicletas a los agentes encargados de la regulación del tráfico para facilitar su movilidad y polivalencia.
- Como establece la ley, dejar en manos de la Comunidad de Madrid la formación profesional de aspirantes y mandos, sin distraer efectivos propios para esta función.
- Por último, acometer una definitiva dignificación retributiva de la Policía Municipal que elimine el pluriempleo y potencie la máxima profesionalízación.
Hacer otra política no es sino dejar las cosas más o menos como están, y a la espera de la siguiente reconversión. También es una garantía de recoger, dentro de algunos meses, las mismas críticas que se lanzaron contra el gobierno de Barranco.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.