Telefónica firma hoy el plan de compras para 1990, que alcanza cerca de dos millones de líneas
Telefónica firmará hoy, lunes, con sus proveedores, Intelsa-LM Ericsson y AT&T-Network Systems, el plan de compras para el próximo ano 1990. El contrato con Alcatel- Standard Eléctrica fue suscrito el pasado viernes por incompatibilidad de fechas con el presidente de esta compañía, Miguel Angel Canalejo. En su conjunto, Telefónica contratará un total de 1.950.000 líneas, de las que 300.000 corresponden a los pedidos que van a quedar pendientes de entrega a lo largo de este año.
Las inversiones totales presupuestadas por Telefónica para 1990 se elevan inicialmente a 6 10.000 millones de pesetas, de los que 200.000 millones corresponden a las compras establecidas con los tres grandes suministradores.El plan de compras para 1990 introduce dos variantes esenciales con respecto a otros años. En esta ocasión, el equipo directivo que preside Cándido Velázquez-Gaztelu ha tratado de ajustar sus pedidos en una doble vertiente, buscando un equilibrio entre la demanda telefónica que existe en España y la capacidad real que tienen sus proveedores a la hora de responder a los requerimientos del monopolio.
Todo ello ha implicado un recorte sobre las previsiones maximalistas que existían a priori y que otros :años han supuesto luego un incumplimiento del calendario de entregas. Por lo general, tanto AlcatelStandard Eléctrica como Intelsa-LM Ericsson han respondido a las peticiones de Telefónica al cierre de cada período anual, pero han fracasado en sus compromisos mensuales, provocando un importante agujero que se iba cubriendo a medida que avanzaba el año. Telefónica ya ha llegado a un acuerdo con ambos fabricantes para reducir los pedidos de 1989 a 1.450.000 líneas. En un principio, se había previsto la contratación de 1.750.000 líneas, pero la evolución de los primeros seis meses del año demuestra el voluntarismo de esta cifra que, por lo que se ve, no podrá ser atendida en su totalidad.
Más realismo
Durante las últimas semanas, Cándido Velázquez-Gaztelu ha intensificado las negociaciones con los proveedores para llegar a un acuerdo intermedio que evite falsas expectativas sobre la capacidad real que tiene el monopolio de atender el servicio público telefónico. El presidente de Telefónica considera que los triunfalismos constituyen el peor enemigo de la gestión que quiere imponer en la empresa; algo que, por otra parte, se acaba de poner de manifiesto a la vista del crecimiento galopante de la lista de espera al cierre del primer semestre de 1989. Telefónica había anunciado que las líneas pendientes de asignación alcanzarían en junio la cifra de 473.000. La realidad ha sido despiadada, después de comprobar que la lista de espera ha alcanzado cerca de 624.000 líneas.
La segunda variable del contrato con los proveedores es la participación de AT&T Network-Systems que, de esta forma, se convierte en tercer suministrador de Telefónica. La multinacional norteamericana espera culminar en diciembre el proceso de adaptación de su sistema de conmutación ESS-5 a las especificaciones de la red española. Según ha reconocido un alto directivo de Telefónica, si ATT cumple sus previsiones, es más que probable que obtenga unos pedidos equivalentes a las 300.000 líneas, que son las que este año van a dejar de entregar sus dos principales competidores.
De esta forma, Telefónica deja entrever el principio básico de la política comercial que ha introducido Cándido Velázquez-Gaztelu y que se traduce en una mayor flexibilidad a la hora de negociar los pedidos, complementada posteriormente con una rigidez extrema en el momento de comprobar el grado de cumplimiento en las entregas.
En consecuencia, a partir de ahora, y con la ventaja que supone para el cliente la participación de un tercer proveedor, el déficit de suministro de cada suministrador será trasladado automáticamente por Telefónica a sus dos competidores.
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