Respuesta a Menchaca
Antonio Menchaca firmaba, el pasado día 28 de junio, un artículo en estas mismas páginas bajo el título El centro y la derecha en el País Vasco. Carta de Euskal Herria. En aquellas líneas se reflexionaba, en tono más o menos apologético, sobre el futuro del centro-derecha en Euskadi, tomando como pretexto una singular lectura de los resultados electorales del Partido Popular en nuestra comunidad autónoma el pasado 15 de junio. Dos casos son evidentes tras la lectura del artículo citado: el señor Menchaca no se ha molestado en un análisis, siquiera superficial, de tales resultados electorales, y, además, desconoce la realidad del centro-derecha vasco.Antonio Menchaca tacha de mediocre el resultado electoral del Partido Popular. Modestamente, es preciso recordarle -pues parece no saberlo- que mientras en el conjunto de España el Partido Popular ha bajado sobre sus propios resultados de las europeas de 1987, en el País Vasco ha crecido un 6,4%, y que en la Vizcaya a la que el señor Menchaca perteneció un día la subida ha sido del 8,25%.
En política no existen los milagros: hace apenas 30 meses, en las elecciones autonómicas de noviembre de 1986, nuestro espacio político estuvo a punto de desaparecer del mapa electoral vasco; fue entonces cuando muchos, la mayoría, en el centro-derecha vasco iniciamos la reflexión que llevó a cambios profundos en nuestra línea política y en nuestra actuación institucional.
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Desde aquel incuestionable fracaso electoral -no enteramente atribuible a la actuación del centro-derecha vasco-, el Partido Popular ha ido creciendo en las sucesivas convocatorias electorales; hoy estamos próximos a los niveles de 1984, y parece haberse consolidado una tendencia al alza. Por supuesto que ha habido resistencias a la apertura ideológica, a la renovación, a la refundación; pero también es cierto que se ha hecho, aunque falte mucho por hacer; en estos dos años de travesía del desierto,
un amplio sector del Partido Popular vasco ha hecho una apuesta de futuro que, de momento, ha logrado ampliar nuestro respaldo electoral.
Hoy, a la luz de los resultados del 154, el Partido Popular podría volver a contar con dos diputados a Cortes en la comunidad autónoma vasca, así como seis parlamentarios -en vez de los dos actuales- en la Cámara de Vitoria; hemos superado al PNV en San Sebastián; a EA y EE, en Bilbao, y volvemos a ser la segunda fuerza en Vitoria.
La receta del señor Menchaca hizo falta no hoy, sino hace varios años; la realidad actual le es desconocida. ¿De dónde saca, si no, supuestas reticencias al euskera o, hipotéticos frenos al progreso social por parte del Partido Popular vasco? ¿Puede aducir el señor Menchaca un solo ejemplo? ¿No se estará refiriendo Menchaca a su primo, el diputado Careaga, que no ha militado jamás en el PP de Vizcaya, y que dedica sus horas libres a acusarnos de bizkaitarrismo?
Superar el fracaso en 1986 no ha sido fácil, pero es curioso que, cuando la recuperación parece evidente, sean los que entonces abandonaron el barco o ayudaron a escorarlo los que hoy pretenden alzarse como salvadores y profetas. No sólo el señor Menchaca.
Sólo encuentro una explicación al artículo que comentamos: el nombre de Antonio Menchaca no fue incluido en la lista del Partido Popular al Parlamento Europeo; su mano ha estado guiada por el despecho y ha convertido sus líneas en una impertinencia desinformada
Presidente del PP de Vizcaya
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