Un grupo extremista musulmán reivindica en Beirut los atentados de Arabia Saudí
La Generación de la Cólera Arabe, un grupo extremista árabe desconocido hasta el momento, reivindicó ayer en Beirut los dos atentados que en la noche del lunes costaron la vida a un peregrino y heridas a otros 16 en La Meca. Las víctimas son peregrinos de nacionalidad saudí, palestina, india y egipcia. Varias personas han sido detenidas. El rey Fahd ha dicho que no habrá misericordia para los saboteadores, y el Gobierno iraní culpa a Arabia Saudí y a EE UU del atentado, condenado por los países árabes próximos al régimen de Riad.
Como consecuencia de los atentados, la policía saudí ha adoptado "medidas especiales" para garantizar la seguridad de los miles de peregrinos que se encuentran en La Meca. Las primeras medidas comenzaron a ponerse en marcha ayer y consisten en el cierre al tráfico rodado de todas las calles y puentes cercanos a los lugares santos. La policía ha comenzado una "investigación exhaustiva" para encontrar a los autores del atentado. El rey Fahd dijo que su país "no tendrá misericordia con aquellos que tratan de provocar la discordia con actos de violencia".Las bombas explotaron exactamente, según el calendario musulmán, dos años después de los disturbios de 1987, en los que 402 personas murieron, casi todas peregrinos iraníes. Irán, sin embargo, ha negado cualquier tipo de vinculación con el ataque terrorista, e incluso sugirió a Estados Unidos o Arabia Saudí como responsables del mismo.
"Posiblemente, el atentado lo cometieron los propios saudíes para liberarse de la presión de los verdaderos musulmanes de todo el mundo por haber impedido que Irán tomara parte en la hajj (peregrinación a La Meca)", dijo al Parlamento iraní el posible futuro presidente de Irán, Alí Akbar Hashemi Rafsanyani. Su país ha venido boicoteando desde hace dos años la peregrinación anual, en protesta por un sistema de cuotas, por el que Irán no podría haber enviado a más de 45.000 peregrinos a La Meca. Cuando los peregrinos iraníes se enfrentaron con las fuerzas de seguridad saudíes en 1987 en el mismo lugar donde explotaron las bombas el lunes por la noche, el colectivo iraní contaba 150.000 personas.
"Tirano idólatra"
A pesar de que Irán ha negado haber tenido un papel en los atentados, la cúpula dirigente en Teherán instigó a los peregrinos para que aprovecharan la hajj como ocasión de protesta política contra, entre otros, el régimen de Arabia Saudí. El ayatolá Abdulkarim Musavi Ardebili manifestó durante las plegarias del viernes, en el marco de una campaña de propaganda cada vez más virulenta, refiriéndose a la casa real saudí: "Queremos que Dios nos dé la fuerza para echar al cadáver de este tirano idólatra de la Casa de Dios".
La retórica utilizada por Riad no ha sido menos feroz. El periódico oficial Al Riyadh acusó a Teherán de promover el terrorismo en los Estados árabes y en los de Europa Occidental, y de imaginarse a sí misma como la tercera potencia mundial. "Es imposible tratar con Irán", añadió el rotativo en un comentario que parecía confirmar el fracaso de los tanteos iniciados hace unos meses para reestablecer las relaciones entre ambos países, después de la Guerra del Golfo, en la que Arabia Saudí apoyó a Irak.
El último enfrentamiento se ha visto agravado por la ausencia de un pésame de Riad a a Irán por la muerte del ayatolá Jomeini, hace un mes. El líder iraní había denunciado de forma sistemática a los gobernantes saudíes como proveedores del "islam norteamericano", frase de Jomeini para describir una religión despolitizada y occidentalizada, a través de la cual Occidente pretendería hacerse con el control sobre el mundo musulmán.
Copyright The Independent / EL PAÍS
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.