Odios y amores por un alcalde
El juez decide este mes si el primer edil de Burgos es encausado por el 'caso de la construcción'
José María Peña Sanmartín es alcalde de Burgos desde hace 10 años. Las tres veces que Peña se ha presentado a la alcaldía ha tenido un apoyo mayoritario de los ciudadanos, que le agradecen la limpieza de la ciudad, el asfaltado de las calles y su incondicional apoyo a las fiestas y tradiciones burgalesas. Pero la credibilidad de este alcalde, populista y tirano para algunos, empieza ahora a cuestionarse. El llamado caso de la construcción puede significar que el alcalde y su equipo tengan un juicio por los privilegios ilegales que, según la denuncia, obtuvo un contratista de la ciudad.
"En Burgos, la gente tiene los pies en la ciudad pero el corazón y la cabeza en el campo; el origen y pervivencia de lo campesino explica la popularidad del alcalde", dice Julián Camarero, burgalés de 42 años, profesor, dirigente de la asociación Todos Unidos, que ejercita la acción popular en el caso de la construcción. Julián opina que la gente ha apoyado al alcalde porque ha visto que, efectivamente, ha conseguido una ciudad limpia y ha asfaltado las calles, porque promociona y subvenciona a las numerosas peñas de la ciudad, sociedades recreativas que actúan fundamentalmente en las fiestas. "Pero ahora", dice Julián Camarero, "la gente empieza a enterarse de las cosas y no creo que le volvieran a votar".El alcalde de Burgos, Jose María Peña Sanmartín, ha ganado en las tres ocasiones que se presentó a la alcaldía: primero con UCD, después en las listas de AP y, finalmente, con el partido Solución Independiente, que Alianza Popular apoyó en las últimas elecciones municipales tras retirar su propia candidatura. "Yo no he hecho transfuguismo político", dice Peña; "eso es lo que hacen los que juegan a la política. Yo no he ido con nadie: los demás han ido conmigo, que es muy distinto". Actualmente, Jose María Peña cuenta con 18 de los 27 concejales del Ayuntamiento, donde el CDS tiene dos escaños municipales y siete el PSOE.
Jose María Codón, primer teniente de alcalde, encartado también en las diligencias de la construcción, opina que la Prensa local, en manos del equipo municipal denunciado, según el secretario del PSOE de Burgos, Félix Palomero, está tratando igual a todos y que es la Prensa nacional la que está haciendo un proceso paralelo. "Se busca minar la credibilidad, presionar. Nadie es ajeno a esas presiones; tampoco los jueces", precisa Codón. Tanto el alcalde como su primer teniente coinciden en afirmar que detrás de la denuncia está el partido socialista. Jose María Codón entiende que si el alcalde ha perdido credibilidad con las denuncias, la recuperará: "Es seguro que esto termina en absolución, porque no hay materia penal". El alcalde es de la misma opinión: "Si ha habido algún error, será una cuestión administrativa, pero no penal".
Codón entiende que si él se sienta en el banquillo, también tendrán que hacerlo los socialistas, "porque han votado los acuerdos que se reputan ilegales". Aurelio Rubio, concejal socialista, explica que su partido se ha opuesto a conceder licencias cuando han conocido que eran irregulares, pero que no han tenido acceso a la información. "Nos hemos opuesto en el Ayuntamiento a muchas de las propuestas de licencias y modificaciones del grupo del alcalde. El problema es que dos de las licencias que denuncian los constructores nos las 'colaron' porque los técnicos municipales informaron favorablemente. Los técnicos están con él; si alguno plantea problemas, lo trasladan". Rubio afirma que el alcalde es un auténtico caudillo y que es trabajador, pero un tirano. "En estos tiempos hay auténtico terror en el Ayuntamiento".
El partido socialista, con sólo 333 militantes en la ciudad, no está personado como tal en las denuncias contra el alcalde. "No es oportuno para nosotros estar en una querella contra el alcalde; entendemos que tenemos que hacer oposición en el propio Ayuntamiento, presentando enmiendas y mociones, y eso es lo que hacemos", puntualiza el secretario del partido socialista en Burgos.
Camarero, dirigente de una de las asociaciones que acusan al alcalde, entiende que la contestación al alcalde no es todavía muy grande porque la oposición que hace el PSOE es tímida y porque el movimiento ciudadano de Burgos empieza a organizarse ahora Estas asociaciones son jurídicamente legales, pero se quejan de que el Ayuntamiento no les da cobertura para poder actuar.
"En las asociaciones son cuatro, y además detrás de ellos está el PSOE", dice el alcalde.
Un trabajo muy pesado
El juez Adolfo Mallo lleva año y medio instruyendo las diligencias del caso de la construcción. "La investigación está a punto de terminar. Ha sido un trabajo muy pesado: muchísimas declaraciones, documentos, pruebas periciales... Tenemos ya unos 13.000 folios de actuaciones". Para Codón, teniente de alcalde, las diligencias se han llevado correctamente por el juez, pero el nuevo procedimiento merma las garantías para los acusados.
El juez comparte la idea de que la nueva ley propugna un procedimiento acusatorio y abreviado, pero entiende que en este caso se han dado todo tipo de garantías para los encartados, "precisamente por todo lo que ha durado la instrucción y porque en todo este tiempo los acusados han tenido ocasión de presentar todas las pruebas que les hayan interesado en defensa de sus intereses", precisa Mallo. Para finales de este mes el juez decidirá si los denunciados van a juicio y quién entre ellos se sentará en el banquillo.
Gonzalo Martínez Fresneda, uno de los abogados de los denunciantes, dice que el asunto de la construcción es reflejo de la propia situación que hay en la ciudad. "El alcalde de Burgos parece sacado de Oligarquía y caciquismo, de Joaquín Costa", dice. "Afortunadamente", añade, "el poder judicial no está contaminado por esas consideraciones y esperamos que el resultado del asunto corresponda al de las pruebas practicadas y a la calificación jurídica de los hechos".
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