_
_
_
_
_
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

De Portugal

Señor Eurico de Andrade Alves. Le escribo esta carta en contestación a su exabrupto de 5 de julio de 1989. Aunque su ira está perfectamente justificada, como toda ira que se precie, debo decirle que agarró el rábano por las hojas equivocadas. Puede ser que yo no sea digno de "la noble profesión periodística". Puede ser que yo sea un "miserable". Al fin y al cabo son apreciaciones suyas con respecto a mi calidad personal que competen al apartado de su irracional ira. Pero desde luego le debería resultar más dificil afirmar que "el articulista sólo quiso manchar, en ningún momento exaltar. Quiso llevar una imagen irreal y mentirosa a millones de españoles. Trajo una misión informativa. Se vendió para poder escribir...", dado que esto entra dentro de la esfera de las voluntades personales, y me resulta sorprendente que usted pueda conocer las mías.Por otro lado, resulta curioso comprobar que usted ha leído en mi reportaje más lo que su subconsciente le dictaba que las palabras efectivamente impresas. Y debió ser por eso, y no por un acto de malicia, que usted leyó: "Con una población pobre de espíritu, que nunca hará nada y a la que come la envidia de la superioridad española... Portugal es un país tercermundista, en el que 'todos andan a burro'... Si no fuera por los preciós, no vendría ni el gato'". Pero no supo leer a renglón seguido que, tratándose de opiniones de españoles en Portugal, el "articulista" escribía lo siguiente: "Después de recabar tan afinadas explicaciones de cómo es Portugal me senté a pensar sobre todo ello. Uno, a veces, no da crédito a sus oídos; pero desgraciadamente uno está aquí para oírlo todo. Desde luego de-

Pasa a la página siguiente

De Portugal

Viene de la página anteriorbía ser muy pesado para los portugueses soportar que desde el otro lado de la frontera llegaran los poderosos españoles a bañarles con su orgullo de pueblo superior. Esa debió ser una de las mellas, y no la más chica, que forjó la insularidad cerebral portuguesa. Si no nos quieren en la Península, nos vamos. Y se fueron".

Y usted, señor Eurico de Andrade Alves, no sabe a qué clavo agarrarse para construir el entramado de su despecho. Así ataca al "articulista" porque "pretende hacer escarnio del buen nombre y las tradiciones del pueblo portugués". Y, sin embargo, le irritan sobremanera las opiniones vertidas por españoles contra Portugal, que, curiosamente, descalifican sólo a quienes las pronuncian.

Yo comprendo que usted sienta necesidad de soltar su alegato antiespañol, de echarnos en cara lo que hizo Pizarro, lo que hizo Cortés, nuestro "temperamento bárbaro, aterrador e inhumano". Y por supuesto que nuestra "historia estánianchada por muchos crimenes, incluida la traición".

Por eso me gusta mucho oírle decir que "en Portugal se respeta al hombre, se recibe con el corazón a los visitantes y se practica el amor, la caridad y el humanitarismo, incluso con los animales, nuestros hermanos, como decía san Francisco de Asis'.

Mire, señor Eurico de Andrade Alves, defender la honra de Portugal atacando a España y haciendo sonar campanillas de Walt Disney por su país es un error.

Yo he escrito del Portugal que conozco y sigo pensando lo mismo que digo al final del artículo: "Estos portugueses son por definición buena gente. Y se dejan querer desde su evidente timidez". A pesar suyo, señor Eurico de Andrade Alves.- César Hernández.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_