Embajadores y amigos

Los presidentes y el Congreso tienen la costumbre de recompensar a sus patrocinadores y amigos con puestos en las embajadas y tratar estas sedes como si no representaran los intereses y valores de EE UU. George Bush ha seguido la tradición en las nominaciones para las Embajadas de España, Australia y Nueva Zelanda. El único mérito visible que tiene Joseph Zappala, propuesto como embajador de EE UU en Madrid, es su generosa contribución de 126.000 dólares para el Partido Republicano. Lo mismo puede decirse de Melvin Sembler, un hombre de negocios de Florida, nombrado embajador en Canberra. Para Wellington han elegido a Della Newman, broker de Seattle, que dirigió la campaña electoral de George Bush. El senador demócrata Paul Sarbanes ha presionado al Comité de Asuntos Exteriores a considerar estos nombramientos hasta mediados de julio y dar al Senado más tiempo para sopesar la cualificación y todo lo concerniente a los embajadores. Paul Sarbanes tuvo razones para preocuparse cuando Melvin Sembler respondió a una pregunta sobre su cualificación para el puesto el ser conocido como artífice de coaliciones y por su capacidad para organizar actos en apoyo de causas cívicas, políticas o de caridad. Idéntico lenguaje utilizó Joseph Zappala. Sería inteligente por parte del presidente reconsiderar estos nombramientos, y si no lo hace, está permitido, y sería incluso saludable, que el Senado los rechazara. 5 de julio