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Delgado 'regala' 2.40 minutos a sus rivales al no tomar la salida a su debido tiempo en el prólogo

Luis Gómez

Pedro Delgado no pudo eludir su destino, que, según estudios astrológicos, es el de no pasar inadvertido, y ha dado nombre a una de las anécdotas sin precedentes en la historia del Tour: que un favorito se autodescalifique en un prólogo. Delgado tomó la salida con 2.40 minutos de retraso y dio la gran sorpresa en una etapa que estaba diseñada para servir de tranquilo trámite al comienzo de la ronda ciclista francesa. De no haber mediado un precedente similar en 1985, con el belga De Wolf como desgraciado protagonista, Delgado habría sido eliminado por entrar fuera de control. Afortunadamente para él, esa circunstancia no afecta, desde entonces, a los prólogos. Delgado está a casi tres minutos de sus rivales.

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Una asignatura pendiente

De Wolf sufrió en 1985 un despiste y tomó la salida con unos siete minutos de retraso. Llegó fuera de control y fue eliminado. El corredor belga manifestó que no le habían advertido con exactitud la hora de salida y los responsables de su equipo, el Fagor, repudiaron su falta de profesionalidad. Desde entonces, el reglamento del Tour trata de evitar una incidencia como ésta en una etapa de trámite y ha anulado los coeficientes de eliminación. Si hubieran sido puestos en práctica ayer -es decir, eliminar a quien hubiera empleado un 25%. de tiempo más que el vencedor-, Delgado tendría que reservar billete de vuelta en el vuelo más próximo. Ahora le queda un largo, amargo y, posiblemente, duro peregrinaje en busca de un objetivo para este Tour. Su caso no tiene precedentes en la historia de la prueba. Sólo tiene precedentes para él mismo.Para él mismo, porque sabe que su relación con el Tour, con el ciclismo, está repleta de incidentes. "Me lo explicaron hace poco unos amigos astrólogos, que me hicieron un estudio, y es que, por mis ascendentes, nada de lo que haga, sea bueno o malo, pasará inadvertido". Efectivamente, su historia en el Tour no deja de tenerlos, aunque el de ayer fuera el más inexplicable. "Ha sido un despiste", dijo un Delgado que trataba de mantener una sonrisa de circunstancias; "una tontería por la que he perdido un tiempo innecesario. ¿El Tour? Está más difícil, pero no creo que lo haya perdido todavía". Delgado continuó: "No era la última etapa. ¡Queda todo el Tour por delante!". Finalizó con otra sonrisa, quizá sorprendido de haber hecho un juego de palabras.

Delgado llegó a la meta velozmente, con el gesto desencajado. No se detuvo para las protocolarias entrevistas y enfiló el camino del hotel como si la contrarreloj acabara en su habitación. Nadie entendía lo que había pasado, nadie aclaraba naba. Pero el hecho cierto era que Delgado había regalado una amplia ventaja a sus rivales. "No hay que darle ninguna vuelta al asunto", acertó a comentar José Miguel Echávarri, el director del Reynolds, todavía no repuesto de la sorpresa; "ha sido un error de cálculo. Creía que tenía que salir más tarde, se acercó a la salida, vio mucha gente y dio media vuelta para evadirse. No hay otra historia. Él es consciente de que es un error muy grave".

Consternación

Quienes les rodeaban parecían más conscientes de lo que estaba sucediendo. El mecánico, Carlos Vidals, gritaba desesperado a un centenar de metros de distancia, mientras Delgado desaparecía de su vista. Echávarri, al volante del coche, no podía llegar al lugar de los corredores y no encontraba explicación posible a la tardanza. Al principio, se pensó en un accidente, en algo explicable. De pronto, Delgado volvió a aparecer en la escena, vestido de amarillo, tranquilo, concentrado. A pesar de los gritos, siguió rumbo a la plataforma de salida. Perdió todo el tiempo del mundo. Quizá perdió su Tour.

Las especulaciones giran ahora en torno a sus posibilidades. "Ha sido lamentable para el Tour, pero una suerte para nosotros" manifestó el francés Laurent Fignon. Sus rivales no daban crédito a una circunstancia semejante. ¿Ha perdido Delgado el Tour? Salvo que el destino le devuelva la jugada, sí. Todas las circunstancias le son terriblemente adversas; todos sus adversarios podrán defenderse ante Delgado. "Habremos de cambiar de táctica", señaló Echávarri, "pero habrá que estar tranquilos. Hay que recuperarle moralmente".

Atrás queda todo lo demás, ya que Delgado estuvo por encima de todos los corredores. Es su destino. Atrás queda los 14 segundos que habría perdido si las cosas hubieran transcurrido por el camino normal, una diferencia de tiempo, por otra parte, meritoria a la vista de la forma en que debió tomar la salida y lo que tuvo que ir pensando durante 12 largos minutos.

Clasificación: 1º Breukink (Holanda), 9.54 minutos. 2º Fignon, Kelly (Irlanda) y Lemond (Estados Unidos), a 6 segundos. 5º Bauer (Canadá), a 8. 6º Motet, a 9. 7º Induráin, a 10. 198º Delgado, a 2.54 minutos.

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