Ciclón de Norte a Sur
Se rompió en mil pedazos la expectativa del corto plazo que se había mantenido latente y tímida hasta media semana. El frágil equilibrio del mercado sólo podía decantarse a partir de los sectores que canalizan mayor inversión, y así fue, porque el papel se hizo dueño de la situación precisamente entre las cementeras y los bancos. Fiel a su tradición, la Bolsa de Barcelona se mostró hipersensible a la espiral de tipos de interés que han desencadenado los bancos internacionales. Al menor indicio de que el sistema de pagos drena liquidez, este mercado se convierte en un desierto y sus operadores en sedientos exploradores azotados por un ciclón monetario que se desplaza de norte a sur.
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