La OCDE destaca que España cerrará el año con un 6% de inflación y menos paro
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronostica que este año España tendrá una inflación del 6% y conseguirá "netos progresos" en la lucha contra el paro, que deberán continuar asimismo en 1990. A finales de este último año, el índice de paro bajará hasta un 17,25%, aunque podría llegar a un 16%. El organismo resalta, no obstante, que el paro en España es aún "particularmente elevado".
El comportamiento de la economía española para lo que resta de año estará caracterizado por una acentuación de la inflación (6% al final), una ligera atenuación del crecimiento del producto interior bruto (PIB), un fuerte aumento del consumo, un sensible incremento del desequilibrio comercial y una reducción del déficit público (en torno al 3% del PIB), según el informe semestral de previsiones de la OCDE publicado ayer en París.Las optimistas previsiones de los expertos de la OCDE en cuanto a la disminución del índice de desempleo se basan en que "un aumento todavía rápido de la creación de empleo y un crecimiento menos pronunciado de las tasas de actividad deberían permitir aún netos progresos en el frente del paro".
El informe recuerda, en este sentido, que una "ola de creaciones de puestos de trabajo y una disminución del crecimiento de la población activa han permitido un neto retroceso del índice de paro, que se ha situado en el 18,25% en marzo".
Los expertos de la organización que engloba a los principales países industrializdos de occidente presagian, en cuanto a la inflación, una acentuación para el conjunto de 1989 debido a "la aceleración al alza de los costes unitarios de la mano de obra y de los precios de las importaciones", entre otras razones.
El informe fija el índice de precios al consumo (IPC) en un 6% para este año y en un 5,5% para 1990. La aceleración de la inflación, debida esencialmente al aumento de los precios alimentarios, ha determinado un crecimiento anual del IPC de un 6,3% entre enero y abril pasados, frente a un 4% a mediados de 1988, señala la OCDE.
Una de las características principales de la economía española, el fuerte crecimiento del producto interior bruto, se atenuará, aunque sólo ligeramente (4,75% en 1989 y 4% en 1990), porque "la incidencia del asentamiento de la demanda interior sobre la producción debería ser ampliamente compensada por una disminución del crecimiento en volumen de las importaciones netas". El principal motor del crecinúento, afirma la OCDE, es la inversión privada, sostenida por el aumento de los beneficios y por la entrada de capital extranjero.
El consumo privado seguirá aumentando fuertemente (4,5% en 1989 y 3,75% en 1990) "en razón del crecimiento rápido y persistente de los ingresos reales disponibles". El progreso de la formación bruta de capital se sitúa aún entre un 12% y un 13%, aunque perderá vigor en 1990 (9%).
El informe predice asimismo un sensible ahondamiento del déficit comercial porque el crecimiento en volumen de las importaciones seguirá siendo superior al de las exportaciones, pese a que la diferencia decrece. "El déficit de las operaciones corrientes podría alcanzar alrededor del 2% del PIB en l989", aunque será compensado por las inversiones extranjeras directas a largo plazo y por las inversiones inmobiliarías. Gracias a la afluencia de capitales a largo plazo, señala el informe, las reservas de divisas alcanzaron en el primer trimestre de 1989 el récord de 41.000 millones de dólares.
Los tipos de interés seguirán siendo elevados debido a la continuación, durante este año y el próximo, de la política monetaria restrictiva, reforzada el pasado mes de febrero para combatir la inflación. Pese a ello, el crecimiento de la masa monetaria sobrepasará probablemente el objetivo fijado para 1989.
El déficit público se situará por debajo del 3% del PIB (3,2% en 1988) gracias a las medidas de lucha contra el fraude fiscal y a la reducción de gastos. Las tenden cias generales, indica el estudio, proseguirán en 1990.
Desequilibrios exteriores
En el plano internacional y en cuanto a los desequilibrios exteriores, se prevé una nueva disminución moderada del déficit comercial norteamericano, que pasaría de 130.000 mifiones de dólares en el segundo semestre de este año a 115.000 millones en el mismo período de 1990, es decir, un 2% del PNB. Por el contrario, el excedente de Japón permanecerá entre 80.000 y 85.000 millones de dólares (2,75% del PNB), mientras que el de la República Federal de Alemania (RFA) puede sobrepasar los 50.000 millones de dólares (más del 4% del PNB). La lucha contra los desequilibrios exteriores debe afrontarse mediante la cooperación internacional, según los expertos de la OCDE.Para los países con excedente, los expertos proponen el levantamiento de los obstáculos a la inversión en los sectores no exportadores y cambios estructurales que favorezcan la demanda interna, así como el fortalecimiento del ahorro y la supresión de las subvenciones a los productores nacionales.
En el capítulo de las reformas estructurales, recomienda cinco medidas comunes: ampliar los intercambios multilaterales en el marco de las negociaciones de la Ronda Uruguay para favorecer la integración regional y evitar las fortalezas proteccionistas; combatir el coste y la ineficacia de las políticas agrícolas; reducir las subvenciones a la industria; mejorar el mercado de trabajo mediante la formación profesional para luchar contra el paro juvenil y el desempleo de larga duración, y reformar el sector público.
Estados Unidos debe, según la OCDE, combatir la inflación (la previsión es del 5% este año y del 5,25% en 1990), dedicarse a reducir el décifit presupuestario -el reciente acuerdo entre el presidente y los líderes del Congreso se califica de "modesto"-, y promover el ahorro en detrimento del consumo. Estados Unidos tiene asimismo que enderezar la deteriorada situación financiera de diversas cajas de ahorro.
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