Carros blindados camuflados
El despliegue de las fuerzas de seguridad fue impresionante. Detrás de la tribuna principal en Gazimestan, donde se habían alzado varias carpas para la Prensa, los políticos y los líderes religiosos, los bosques estaban llenos de militares y carros blindados camufiados. Todos los dirigentes llegaron en helicóptero a Gazimestan. Más de 10 guardaespaldas rodeaban al líder serbio Slobodan Milosevic.
En cambio, las masas llegaron a pie, pues los autobuses tuvieron que aparcar a varios kilómetros. Hubo gente que anduvo 10 kilómetros. En el camino, los vendedores ambulantes ofrecían de todo: biblias, fotos de los gobernantes medievales serbios, hagiograflas, el libro de discursos de Milosevic y, por supuesto, fotos suyas.
La variedad de los productos reflejaba el múltiple carácter evento de ayer: era patriótico, histórico, nacionalista y político. Milosevic demostró a toda la cúpula yugoslava que su poder movilizador es enorme.
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