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ELECCIONES EN EUROPA

Clara derrota de Papandreu en las elecciones legislativas griegas

ENVIADO ESPECIAL

El líder de la oposición conservadora griega, Constantino Mitsotakis, se quedó ayer a siete escaños de la mayoría absoluta en el Parlamento griego. El 45,2% de los votos que obtuvo su partido, Nueva Democracia, no le basta para formar nuevo Gobierno. No obstante, propinó una severa derrota a los socialistas del PASOK, que lidera el primer ministro, Andreas Papandreu, quien sólo pudo obtener el 39% de los sufragios y 123 escaños. La Coalición de Fuerzas de Izquierda y de Progreso (formada por los comunistas, Izquierda Griega, algunos independientes y disidentes del PASOK), con su 12,4% de los votos y 31 escaños, se perfilaban como los árbitros de la situación.

Una coalición de izquierda presidida por el propio Papandreu parecía la solución más probable, si bien está sujeta a las intensas negociaciones que los dirigentes políticos iniciarán hoy mismo. Los resultados disponibles a las tres de la madrugada de hoy (dos de la madrugada, hora peninsular) correspondían al 30% de los votos emitidos.

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Viene de la primera páginaLos dos escaños restantes corresponden al partido conservador Diana (dirigido por el disidente de Nueva Democracia Constantino Stefanopulos) y a la lista musulmana de un distrito de Tracia, región fronteriza con Turquía. La presentación de esta candidatura y el apoyo prestado por la radio y la televisión de Ankara han provocado en los últimos días una miniguerra diplomática entre los dos países aliados y, pese a ello, enfrentados por numerosos contenciosos.

Mitsotakis parece que se quedará con la miel en los labios y el país en una situación de inestabilidad que a acorto o medio plazo probablemente conducirá a nuevas elecciones. En todo caso será la formación en la que predominan los comunistas de Harilaos Florakis la que tendrá la satrtén por el mango y podrá imponer sus condiciones. El veterano dirigente hizo unas declaraciones en las que, en cierta forma, acalaraba cuál podría ser su posición: "La coalición luchará contra los conservadores para hacer posible una mayoría popular".

Los comunistas están en un aprieto. De un lado, por primera vez en 45 años, tienen al alcance de la mano la posibilidad de entrar en el Gobierno. De otro, se han comprometido públicamente durante la campaña en la necesidad de una catharsis (purificación) que, teóricamente, les impediría formar parte de un Gobierno presidido por Papandreu. Sería más fácil que Florakis cediese en este punto que hiciera lo mismo su compañero de coalición, Leonidas Kirkos, líder de Izquierda Griega, surgido del Partido comunista del Interior. Compartir o paoyar a lo que consideral en "Gabinene de los escándalos" implicaría además un riesgo indudable de sufrir un hundimiento como el que protagonizaron sus correligionarios franceses.

Lo que sí parece totalmente excluido es una cooperación entre la coalición de izquierda y Nueva Democracia, aunque solo fuera, como se ha evocado en alguna ocasión, para lograr el procesamiento de los altos cargos de la Administración implicados en el escándalo Koskotas. En ese caso, "Atenas se convertiría en Pekín", advirtió el ministro adjunto para las relaciones con Europa, Teodoros Pangalos.

La derecha conserva todavía alguna esperanza, probablemente vana, de que el proceso de descomposición en el PASOK haga que abandonen este partido el número de diputados suficiente para hacer imposible un Gobierno de izquierdas.

La posibilidad de que Mitsotakis se convierta en primer ministro parece pues muy remota. El líder conservador había anunciado que, caso de lograrlo, su primera obligación tendría que ser poner en marcha el proceso de catharsis que podría sentar en el banquillo de los acusados a varios altos cargos del PASOK y del actual Gobierno, incluyendo al propio Papandreu. Georgios Koskotas, el ex presidente del Banco de Creta, actualmente encarcelado en Estados Unidos y pendiente de una demanda de extradición a Grecia, ha acusado al primer ministros de dirigir el saqueo de fondos de esta entidad en beneficio propio y de su partido.

La derrota de Papandreu, cualquiera que sea su alcance final, marca el hundimiento de un mito que ha puesto su impronta a los últimos ocho años de historia en Grecia. Supone también una humillación política y personal frente al que ha sido su estrecho enemigo durante el último cuarto de siglo. El enfrentamiento con Mitsotakis ha hecho olvidar en la campaña todas las reglas del juego limpio. Incluso la vida privada de los dos líderes ha sido utilizada sin freno y, a veces, sin fundamento. Más que de programas políticos, se ha hablado de amantes, secretas o públicas. Ni siquiera en el caso de que Mitsotakis hubiera obtenido mayoría absoluta, podría haber tenido el camino despejado, y que la izquierda le pisaría los talones en el Parlamento y, probablemente, le pondría las cosas muy difíciles en la calle. Por otra parte, la proximidad de la elección del presidente de la república (el próximo mes de marzo, en el Parlamento), que requiere una mayoría de dos quintos, haría probable, ya que no segura, una nueva convocatoria a las urnas para que ND pudiera consolidarse en el poder y sacar adelante a su propio candidato.

Los resultados disponibles a las 2.00 horas de hoy (1.00, hora peninsular española) situaban en cabeza a la derecha con el 47,6% de los votos, seguida de los socialistas con el 33,9% y de la Coalición de Fuerzas de Izquierda y de Progreso (formada por el partido comunista, Izquierda Griega y algunos independientes y disidentes del PASOK) con el 9,1%. De acuerdo con estos datos, que correspondían a un 15% de los sufragios emitidos, ND obtendrá 145 escaños, a seis de distancia de la mayoría absoluta, 123 el PASOK, 30 para Coalición de Izquierda, 1 para Diana y otro sin decidir.

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