La música española acapara el II Festival de París

En su segunda edición, que finalizará el próximo 29 de junio, el Festival de París tiene como invitada de honor a la música española. Con un programa variadísimo, que comprende 16 espectáculos diferentes. En primer lugar, una serie de conciertos a cargo de la Orquesta Nacional de España y la Orquesta Nacional de Jóvenes Músicos Españoles, dirigidas por Cristóbal Halffter y Edmon Colomer, respectivamente; la Orquesta de Cámara de Lausana y el Ensemble Inter-Contemporaine, dirigido en esta ocasión por Arturo Tamayo, que presenta una panorámica de la España musical, hoy.

Además de estos conciertos, el del Trío de Barcelona (L. Claret Gerard Claret y Albert Altenelle), el del Orfeón Donostiarra y los de los pianistas Alicia de Larrocha y Joaquín Achúcarro.Completarán el programa dos óperas, ambas en versión concierto; Una cosa rara, un drama jocoso en dos actos dirigido por Jordi Saball, y Lucrecia Borgia, de Gaetano Donizetti, por la Orquesta y Coros del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, y los recitales de Montserrat Caballé, Teresa Berganza y José Carreras.

Junto a estos espectáculos, el Festival de París ha tenido el acierto de incluir este año uno realmente típico, la zarzuela, que, aunque parezca mentira, es perfectamente desconocida en el país vecino, pues la antología que se presentó hace algún tiempo en el teatro Nacional de París pasó bastante inadvertida.

En esta ocasión, la obra elegida ha sido La chulapona, de Moreno Torroba, muy bien montada e interpretada -conviene destacar la voz del tenor Ricardo Muñiz-, que divirtió ampliamente al numerosísimo público que asistió a sus tres representaciones, sobre todo por su libreto, que es en realidad una antología de los tópicos de esta España que es different y que, pese a su carga reaccionaria -o quizá por ella precisamente-, sigue fascinando al personal extranjero.

Pero los espectáculos que más sensación han causado hasta el momento han sido, sin duda, los de flamenco, a cargo de Camarón de la Isla, Paco de Lucía y la bailarina Cristina Hoyos, quien se estrenó con su compañía en el Grand Rex. Magnífica ella, menos magníficos sus bailarines, pero de todas formas un espectáculo de gran calidad.

La Noche del flamenco -desde la caída de la tarde hasta el alba- fueron ocho horas de música, cante y baile en un teatro abarrotado por un público entusiasta que jaleaba continuamente a los intérpretes, sin establecer demasiadas diferencias entre unos y otros. Una noche de fiesta divertida que tuvo el gran acierto de incluir la proyección de las películas de Carmen Amaya, desde María de la O hasta Los Tarantos, una antología apasionante de su baile, aplaudido sistemáticamente por una audiencia conmovida.

Ya fuera del marco del Festival de París, este mes de junio cuenta también con la presencia de otros artistas españoles. Continuando en el terreno de la música, el recital de Carlos Santos en el café de la Danza el pasado día 11. Una vez más, este minimalista, que algunos definen como .apasionado" y otros como "romántico", y todos como un magnífico pianista, demostró su maestría con el instrumento y su capacidad de seducir al público con sus expresivos juegos de voz.